En un breve texto es prácticamente imposible calificar o describir la importancia de Félix Beltrán en el panorama mundial del diseño. Su extensa actividad -además de su longevidad- sorprende y la coloca en un lugar único en la historia de América Latina.
Félix Beltrán nació en La Habana, Cuba, en 1938, y tiene nacionalidad mexicana por nacimiento y estadounidense. En 1956 viaja a Estados Unidos, donde se diploma en la School of Visual Arts y en la American Art School, ambas de Nueva York. Además estudió en el Art Students League de Nueva York. Fue becario de la New School for Social Research, Nueva York, del Graphic Art Center-Pratt Institute, Nueva York, y del Council for International Exchanges of Scholars, Washington, D.C. Años después, de 1965 a 1966, estudió en el Circulo de Bellas Artes de Madrid.
Desde 1963 Félix ha ofrecido conferencias y cursos en eventos nacionales e internacionales, y entre sus principales actividades es de destacar el proponer y participar en los preparativos del primer curso de diseño básico experimental en la Escuela de Instructores de Arte, La Habana. En 1988 fue fundador y curador de la Galería Artis, así como del primer Archivo de Diseño Gráfico Internacional en América Latina que lleva su nombre en la Universidad Autónoma Metropolitana, Ciudad de México. En 1989 fue fundador de la Galería Códice del Instituto Nacional de Bellas Artes, Ciudad de México.
Viviendo en la Ciudad de México desde I982, Félix ha escrito 4 libros, sus artículos y entrevistas se han publicado a nivel nacional e internacional, también se han publicado 3 libros sobre su obra. Sus obras han participado en 66 exposiciones individuales, 7 de estas en museos y 456 exposiciones colectivas. En 2005 propuso una exposición que se convirtió en la Bienal Iberoamericana de Diseño, fue nombrado en 2007 Miembro de su Comité Asesor, y a partir del 2008 es uno de sus presidentes.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la carrera del diseño en tu país? En otras palabras, ¿cuál fue la percepción de este trabajo en ese momento?
Es importante tener en cuenta las circunstancias, que en definitiva, resultan condicionadoras. Mis padres eran pobres, mi padre era brillantísimo, era mecánico, con una inventiva increíble, y mi madre, era una mujer realmente muy brillante, muy analítica, aunque no era tan audaz como mi padre. Mi padre tenía interés en el mar y en unas ocasiones le prestaban algunas embarcaciones y, con su audacia tuvo algunas dificultades, sobre todo en las épocas en el que el mar era menos apacible.
En cuanto a mí, fui el único hijo como consecuencia de no contar con recursos y fueron preventivos. Cuba era un país con una política dominante, corrupta, que aceptaba las condiciones neocoloniales que proponía Estados Unidos.
Mi padre estaba opuesto a esas circunstancias y participaba, con frecuencia, en protestas que aspiraban, al menos a atenuar, la injusticia predominante. La injusticia social de cometer crímenes, violando, al menos, las ciertas condiciones jurídicas, condiciones jurídicas deficientes pero preferibles a las aplicadas donde, con frecuencia, se cometían asesinatos para frenar las protestas y dejaban tirados en las calles los cuerpos de los asesinados como escarmiento.
Es de destacar que a pesar de las condiciones precarias que teníamos se escuchaba música clásica, se asistía a exposiciones de pintura y se contaba con libros de filosofía, así como novelas de las cuales se aprende tanto como las de Fiódor Dostoyevski y otros libros entre los cuales se destacaba José Martí como la principal fuente de inspiración, tanto en poesía, como en artículos, así como en sus frases lapidarias que podrían estar esculpidas en las bases del Partenon, junto con frases de otros relevantes pensadores.
Mi interés era la psiquiatría, preocupado de hasta que punto era innato la crueldad, como se evidencia, con frecuencia, en el mundo animal. Teníamos amistades preparadas, de procedencia pobre y apasionadas por la música, ciertos principios derivados de las tradiciones cristianas y que, no estaban de espaldas a la música clásica principalmente, así como a la pintura y, sobre todo, a la reiterada injusticia social. Uno de ellos era un arquitecto, apasionado de la música clásica, de los pilares, del Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart, las tocatas de Johann Sebastian Bach, las sinfonías de Ludwig van Beethoven, así como de Antonio Vivaldi, por mencionar unos cuantos; y dónde también la presencia de José Martí era de primerísima línea, sus libros eran como una biblia y, se propiciaban reuniones los fines de semana donde asistían otras personas. Una de ellas era un ejecutivo de cuenta de McCann Erickson y, en cuanto a mi, en los ratos libres, mi tendencia era dibujar y en una cierta ocasión ésta persona me pidió que le llevara mis dibujos. Como la Universidad de la Habana estaba cerrada por las causas anteriores, no me fue posible iniciar la carrera de medicina en la cual tenía, si mal no recuerdo, entre otras especialidades, la de psiquiatría y, le mostró al director de arte de MacCann Erickson mis dibujos, así que me citaron para conversar con esa persona. Estuve conversando largo rato y al final me propuso que fuera un asistente del que era director de arte en la oficina de McCann Erickson, donde se recibían libros de arte para consultas, entre estos, un libro que fue definitivo para mi, el Graphis Annual, que se editaba en Zurich y que fue para mi una fuente de referencia, porque en las etapas de menos actividades se me permitía que me pusiera a hojear y a leer acerca de cada uno de los trabajos. Esto era durante las tardes, porque mis padres me costeaban los estudios de secundaria en una escuela particular. Otra circunstancia que debo destacar es que, en esa oficina, uno de los empleados era un italiano, otro un ingles y varios cubanos destacados y como era de suponer habían estudiado, inicialmente, pintura.
¿Se reconoció la importancia de este trabajo?
En esas circunstancias todavía la palabra diseño no estaba difundida como ocurre desde hace unos años. Deseo intercalar como aparece la palabra compuesta Diseño Gráfico. En la década de los años 20, en Estados Unidos, el especialista en libros, William Addison Dwiggins, para que no se le confundiera con los trabajos de publicidad que eran, con frecuencia, falsos en cuanto a sus contenidos, prefirió que se le llamara Diseño Gráfico, para así separarse de la tendencia predominante.
El diseño es una práctica y tiene sus antecedentes en el bocetar y ha tenido una evolución en la historia como término, como lo ha tenido el arte en años recientes, donde se considera lo que no es arte como si fuese arte y aparecen nuevas palabras. Nada más elocuente que las pinturas rupestres, donde los creadores no están desde sus inicios.
El diseño está en el mundo animal. Podemos observar un ave que hace su nido y esto parte de capacidades innatas. Si se pudiera educar esa ave, ella podría hacer un nido más funcional, más adecuado, menos propenso a los desprendimientos de los árboles, de las ramas, y esto es así. El diseño establece una comunicación, es fundamentalmente visual y táctil, porque los objetos los debemos de tocar, los carteles no, las portadas de los libros si, y la estructura social predominante está condicionada por el consumismo, que a su vez condiciona el disfrute de lo nuevo, porque creemos que lo nuevo trasciende inevitablemente a lo anterior. Pero está claro que en ocasiones, volviendo a la música, no se ha podido superar el Réquiem de Mozart en cuanto aporte musical que, incluso, no fue terminado por él.
¿Cómo era el entorno cultural del país en ese momento?
En las condiciones de Cuba, era pésimo, porque prácticamente no se contaba con presupuestos, probablemente porque esos presupuestos eran para otros intereses o, simplemente eran robados.
Por entonces, todo el trabajo de diseño se realizaba manualmente. ¿Crees que con la llegada de los ordenadores has perdido algo, o crees que la esencia del diseño sigue siendo la misma, sin importar las herramientas?
Con frecuencia escucho que cualquiera hace diseño, y es cierto, cualquiera con una preparación elemental puede hacer diseño como nunca antes en la historia. Lo que todavía es un reto es concebir diseño, crear diseño, enfrentar un diseño a los tantos otros como si fuese una batalla campal en el Coliseo de Roma. Los avances están en que la neurociencia permite manipular de manera más precisa al publico específico y diría que es más inculcar que atender las necesidades de un público en específico. Los especialistas en mercadotecnia son como unos curanderos, que le dicen al cliente que de acuerdo al funcionamiento del hipotálamo, puede un color estimular las ventas de sus productos.
¿Crees que tu trabajo podría haber sido diferente si hubieras tenido acceso a todas las herramientas tecnológicas que tenemos hoy? ¿O no cambiaría en absoluto?
Actualmente la importancia que tienen para mí los nuevos medios electrónicos es que me permite producir más alternativas que antes, para poder apreciar y establecer comparaciones, y hacer ciertas incursiones en el publico al que le correspondería.
Hace 3 años, más o menos, me pidieron -a pesar de contar con tantos “especialistas” que eran profesores de la Universidad Autónoma Metropolitana- hacer una marca para el 45 aniversario de nuestra institución, la cual aprecio tanto y respeto tanto que nunca la estafaría aparentando estudios. Me la pidió el rector general, que por cierto es un especialista en psicología y nuevas tecnologías, para lo cual preparé 34 propuestas, de las cuales solo consideré más adecuadas 3 o 5 de ellas y, me permitió, como nunca antes en la historia, hacer tantos bocetos. Eso es una de las cosas que más aprecio de las nuevas tecnologías.
Mirándolo ahora, si pudieras, ¿hay algún trabajo propio que hubiera cambiado o hecho de otra manera?
Nunca lo he pensado, y preferiría no pensarlo. Para mí la síntesis no es lo que le falta, sino lo que no le sobra y mi trabajo tiende a ser simple hasta dónde sea posible y de acuerdo a los contenidos, a veces, complejos.
En mi juventud tuve una necesidad vital de consumir revistas internacionales y publicaciones de diseño, como Graphis, Idea, Novum y otras, ya que en mi país (Brasil) no teníamos nada local. ¿Cómo ha sido esto en su caso particular?
Walter
Walter Herdeg (editor de la revista suiza Graphis) había visto mis trabajos en publicaciones de Estados Unidos. Una de ellas era para la portada de un libro, donde el título era The Labyrinth, donde las letras condensadas estaban colocadas para evocar laberinto y el nombre del autor, Enrique Laguerre, estaba colocado en la T, lo cual facilitaba su lectura. Esa portada fue incluida en el libro Graphis Annual que apareció varios meses antes de I96I y, posteriormente, en otras publicaciones. La revista Idea (Japon), del editor Hiroshi Ohchi, había publicado mis trabajos y también The American Institute of Graphic Arts (AIGA), donde obtuve varios premios, así como en el Art Directors Club de Nueva York, el Type Directors Club de Nueva York, y la revista Communication Arts (California).
¿El término «diseño», aplicado a todo y a todos, incluidos los nuevos edificios residenciales, parece una trivialización de esta profesión?
Al contrario, es la expansión aceptada y promovida de ésta práctica. A veces al conversar con un arquitecto, antes de tener el antecedente le pregunto “¿también es diseñador?” y me contesta “no, soy arquitecto”, y me da risa, porque hacer arquitectura es como hacer un envase que contiene personas, niños, mascotas, mantenimiento y todo esto.
Lo que importa no es el qué, sino el para qué. El consumismo es brutal; las sustituciones, brutales; terminaremos sustituidos por las extensiones. Si yo le preguntara a mis alumnos 6 por 7, me contestarían 43 y si les dijera 7 por 3, dirían 21. Es lo más probable. Me salta a la mente una frase que tuve que crear antes de irme a Estados Unidos en I956, estando todavía como asistente -y terminando mis estudios de secundaria- en McCann Erickso. Era sobre el catolicismo, y la recuerdo bien todavía:
NACIÓ EN LA POBREZA, NUNCA TUVO UNA POSICIÓN EN LA VIDA PÚBLICA, NUNCA ESCRIBIÓ UN LIBRO, FUE CRUCIFICADO ENTRE LADRONES Y, A PESAR DE LOS AÑOS TRANSCURRIDOS, SU PRESENCIA EN LA HISTORIA ES ARROLLADORA. NO HAY QUE DECIR A QUIEN ME REFIERO.
Ya me he referido que cada vez creamos más extensiones, calculadoras para no tener que calcular, caminadoras para no tener que caminar, maquillaje para no evidenciar el envejecimiento.
Uno de los principales inspiradores, en mi etapa de Estados Unidos, cuando era alumno en la School of Visual Arts, fue George Lois, a quien invitaron varias veces a ofrecer conferencias; Ivan Chermayeff; el mismo Milton Glaser, que aún que no estaba inscrito para poder asistir a sus clases, pero él me permitía entrar a escuchar. Otro fue George Tscherny y Bob Gil, del cual fui asistente esporádico y, más tarde, de Herbert Matter en su estudio, donde pude aprender un poco de fotografía y conocer a Alberto Giacometti, que le estaba tomando fotos de varias de sus obras y a Alexander Calder, quien también tenía amistad con Herbert Matter.
Escuchar era el método para mí y en pocas ocasiones intervenir. Tuve suerte, cuando salí, yo era director de arte asociado de una editorial donde, por no variar, el propietario tenia pocos recursos. Pero me permitía bastante libertad, y esto fue definitivo para mí, porque los que estamos en esta carrera somos como sastres, que hay clientes que prefieren los trajes ajustados o lo contrario.
Por otra parte la ebullición cultural de la ciudad era extraordinaria. Pude pasar un curso con Alexey Brodovitch y en el estudio de Richard Avedon, pude asistir a un curso de fotografía que no me costo nada y hasta me prestaron una cámara. Por cierto, en esa etapa pude visitar la famosa exposición The Family of Man, estremecedora. Una foto que recuerdo era una mujer sujetándose sus rodillas y su cabeza hundida entre sus piernas y el título era: “ESTOY SOLA CON LOS LATIDOS DE MI CORAZÓN”.
Hoy me parece que hay un total desinterés de los jóvenes por la información, el conocimiento, etc. Milton Glaser decía que los estadounidenses desconocen todo lo que sucedió hace más de 5 años. Es un hecho que estamos viviendo un desastre cultural, no solo por lo que se ofrece sino también por la indiferencia de una parte de los jóvenes ¿Cómo lo ves en comparación con otras épocas?
Todo lo que he descrito anteriormente es lo contrario de lo que tú aquí describes. Para mí el apetito cultural era tanto que incluso en el invierno iba con la boca abierta a pesar de los fríos, esto es una metáfora, claro está.
Varios de mis profesores me invitaban a comer con ellos cuando salíamos de la escuela y, no era solo a comer, sino que entre ellos se conversaban y se analizaban cuestiones, se cuestionaban las circunstancias y las consecuencias del sectario MacArthismo que predominaba.
La pregunta clásica: si tienes algún consejo que dar a la nueva generación de diseñadores, ¿cuál sería? ¿Y por qué?
El diseño no es fácil, independiente de sus aspiraciones, que puede ser bidimensional, tridimensional o en su sentido mas elástico y amplio.
Número uno: somos más felices cuando disfrutamos del consumismo desenfrenado, obsesivo, avaricioso como práctica, esto trata de una cuestión más que preocupante. Dos tendencias: el tener o el ser, las que fueron tratados por Carlos Marx y posteriormente, compensadores como Ericm Fromm, entre otros. Lo que ocurre es que se confunde el tener o no tener, el no tener se confunde realmente como el renunciar a todo, lo cual no es cierto.
En síntesis, considero que lo más adecuado sería practicar la inconformidad, la inconformidad, la inconformidad…. cuestionar los resultados, cuestionar que a pesar de que los resultados pueden ser elevados, éstos pueden ser trascendidos, y que todo debe estar relacionado a su función, nada de más; tener referencias en cuanto a los más destacados y aspirar a trascenderlos, no olvidando nunca las apremiantes carencias sociales no resueltas por la indiferencia porque éstas no resultan lucrativas.
Es para mí un honor el poder participar en esta contribución de reconocimientos a los que estamos en la práctica del diseño, así como en la docencia, enfrentando los descuidos de los entusiastas estudiantes.
Félix Beltrán ha fallecido 28 de diciembre 2022 9:21am en la ciudad de México