El diseñador gráfico y arquitecto Rafael Rodrigues nació en la ciudad de São Paulo en 1940, y reside en Rio de Janeiro desde 1941. Se graduó en arquitectura y urbanismo en 1966 en la Facultad Nacional de Arquitectura de la Universidad de Brasil (hoy FAU / Facultad de Arquitectura y Urbanismo).
Fue pasante de arquitectura en la oficina de Casé / Acioli en 1962 y, en 1964 se incorporó a la oficina de Aloisio Magalhães Programação Visual Desenho Industrial (desde 1976: PVDI DESIGN), donde todavía trabaja hasta hoy.
Fundada en 1960, PVDI es una iniciativa pionera del diseñador brasileño Aloisio Magalhães (1927-1982), quien estableció principios básicos para el abordaje de proyectos de diseño, latentes en la práctica profesional de esta oficina, todo ello derivado de la peculiar forma de combinar el triángulo: creatividad + intuición + técnica. La fundación de PVDI precede a la creación de la Escuela Superior de Diseño Industrial (ESDI) en Río de Janeiro, en 1963, y al comienzo mismo de las actividades de diseño sistemático en Brasil. Considerada la primera escuela de diseño de América Latina, ESDI tuvo a Aloisio como uno de sus fundadores y profesores.
En 1972 Rafael se convierte en socio de Aloisio en PVDI, junto con Joaquim Redig. En 1981 Joaquim abandona la sociedad, incorporándose como socia a Nair de Paula Soares. A partir de 2015 Rafael comienza a trabajar solo en proyectos específicos y como consultor, con Nair como directora técnica.
Durante años activo como profesor y conferencista en diversas universidades, instituciones y congresos, Rafael tiene en su currículum más de 700 proyectos vinculados a diferentes segmentos, entre textos conceptuales y poesía, así como diseño de producto, arquitectura y también sus proyectos de recalificación.
Finalmente, Rafael destaca la profunda y fructífera colaboración con Nair de Paula Soares, su compañera de vida personal y profesional, quien contribuyó significativamente a toda su actuación.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la carrera del diseño en tu país? En otras palabras, ¿cuál fue la percepción de este trabajo en ese momento?
Comencé mi carrera profesional como diseñador en 1964, como becario en la oficina de Aloisio Magalhães. Entonces estaba en el 3er año en la Facultad Nacional de Arquitectura de la Universidad de Brasil.
En ese momento ya estaba latente mi instinto de trabajar en el área del diseño, que se impulsaba de manera más profesional en el país y alrededor del mundo.
¿Se reconoció la importancia de este trabajo?
Este reconocimiento sucedió con la sucesiva participación en la creación e implementación de proyectos de importancia nacional e internacional, en los que trabajé en PVDI como director creativo. Cabe señalar también que los equipos de diseñadores asistentes que participaron en estos proyectos terminaron formando las nuevas generaciones de destacados profesionales del panorama del diseño brasileño.
Es importante destacar que la actividad de diseño es ESENCIALMENTE colaborativa. Por lo tanto, tenemos el deber de registrar correctamente a todos los involucrados en los créditos, mencionando los nombres de quienes participaron en los proyectos y, así, fortaleciendo el concepto y la formación de equipos, y esto es lo mínimo que se puede hacer. Entre muchos otros, destaco, especialmente, Carlos Lauria, Claudia Cohen, João Faraco, Flavio Chin Chan, Flavio Soares, Hugo Serrão, Maria del Carmen Zilio, Mariana Rodrigues y Silvia Negreiros.
¿Cómo era el entorno cultural del país en ese momento?
Antes de 1964, nuestro entorno cultural estaba repleto de grandes y esperanzadores eventos que se sucedían en esta área. Pero lamentablemente, a partir de esa fecha y durante un largo período, el área cultural brasileña se volvió oscura y completamente oprimida por la fuerza de la Dictadura Militar que se instaló en el país. En contraste con este hecho, el PVDI se proyectó sustancialmente en la década de 1970, extendiendo la actividad y la profesión en Brasil.
(Rafael siempre ha sido un simpatizante de las causas socialistas, ejerciendo sus derechos de ciudadanía contra todas las formas de dictaduras gubernamentales)
Por entonces, todo el trabajo de diseño se realizaba manualmente. ¿Crees que con la llegada de los ordenadores has perdido algo, o crees que la esencia del diseño sigue siendo la misma, sin importar las herramientas?
Ciertamente no se perdió nada. Al contrario: la nueva tecnología trajo una gran ganancia al permitir, utilizando el mismo tiempo disponible, profundizar en el planteamiento, en los detalles y en la finalización de los proyectos.
Creo, sin embargo, que para la plena creación de proyectos de diseño -independientemente del instrumento informático- es fundamental una participación efectiva e intensa del dúo “mano-cerebro” en el proceso creativo. Es decir que el hábito de dibujar con tus propias manos no se abandona, centrado en los momentos conceptuales básicos de los proyectos.
El trípode de » mano-cerebro- tecnología» apoya eficazmente la optimización de los resultados.
¿Crees que tu trabajo podría haber sido diferente si hubieras tenido acceso a todas las herramientas tecnológicas que tenemos hoy? ¿O no cambiaría en absoluto?
La esencia creativa siempre estará apoyada por el trípode mencionado en la respuesta anterior. Lo que cambia de forma recurrente es la posibilidad infinita de recursos de diseño inherentes al software de instrumentación actual, abriendo nuevos caminos para la acción, no solo para el diseño, sino para todas las profesiones.
Cabe señalar que, con el mundo cada vez más comunicándose a través de códigos visuales, la importancia de nuestra actividad tiende a crecer.
Mirándolo ahora, si pudieras, ¿hay algún trabajo propio que hubieras cambiado o hecho de otra manera?
Nada cambiaría, porque la esencia seguiría siendo la misma. Salvo nuestro crecimiento personal y profesional, además de nuevas ofertas tecnológicas. Factores que nos enriquecen con el tiempo.
En mi juventud tuve una necesidad vital de consumir revistas internacionales y publicaciones de diseño, como Graphis, Idea, Novum y otras, ya que en nuestro país (Brasil) no teníamos nada local. ¿Cómo ha sido esto en su caso particular?
En mi caso, PVDI siempre se ha beneficiado de una gran cantidad de material sobre diseño, siendo en su mayoría ediciones extranjeras adquiridas por suscripción o, muchas veces, compradas en el exterior a través de la mirada selectiva de Aloisio Magalhães. Así, se formó una biblioteca de diseño diversificada y expresiva, siempre franquiciada y ampliamente utilizada por estudiantes y profesionales de los más variados orígenes.
La consulta de estas ediciones me sirvió de referencia, para que la conceptualización de nuestros proyectos estuviera al mismo nivel que los proyectos desarrollados en el exterior.
¿El término «diseño», aplicado a todo y a todos, incluidos los nuevos edificios residenciales, parece una trivialización de esta profesión?
La difusión del significado de la palabra «diseño» terminó contribuyendo a ofuscar su verdadero significado. En algunos casos se utiliza como si el diseño fuera simplemente «estilo», lo que debilita el núcleo de su significado.
Al comienzo de las actividades de diseño profesional en Brasil, y dado que no existe una palabra para «design» en el idioma portugués, PVDI pidió al reconocido filósofo y enciclopedista brasileño Antônio Houaiss que creara una palabra en portugués que fuera equivalente a las palabras “design” (en inglés) y “diseño” (en español). En ese momento el propuso la palabra PROJÉTICA, que terminó no siendo adoptada.
Hoy me parece que hay un total desinterés de los jóvenes por la información, el conocimiento, etc. Milton Glaser decía que los estadounidenses desconocen todo lo que sucedió hace más de 5 años. Es un hecho que estamos viviendo un desastre cultural, no solo por lo que se ofrece sino también por la indiferencia de una parte de los jóvenes ¿Cómo lo ves en comparación con otras épocas?
Como profesional, y también como profesor de diseño que he sido, siento claramente que durante mucho tiempo hemos perdido sustancia en las calificaciones básicas de los estudiantes. Estos factores reflejan directamente el aprendizaje y la aculturación de las nuevas generaciones que se están formando.
Por ello, las escuelas de diseño tienen una tarea importante: capacitar a sus alumnos para mantener vivas sus curiosidades culturales, sociales y tecnológicas.
La pregunta clásica: si tienes algún consejo que dar a la nueva generación de diseñadores, ¿cuál sería? ¿Y por qué?
Suena complicado, pero no lo es. Les aconsejo perseverar con determinación y adoptar una inmersión intensa en las actividades:
Pensar + Leer + Estudiar + Humanizar + Brasilenarizar + Latinoamericanizar.
En resumen, sea local para llegar a lo global.