Emociones que cambian de escala
Basta caminar un poco la ciudad, y ni hablar si se visitan centros neurálgicos del arte urbano berlinés como Teufelsberg ( antiguos radares estadounidenses de la época de la guerra, actualmente convertidos en una de las galerías más grandes a cielo abierto), para deleitarse con sus obras que ocupan metros y más metros.
¿Cómo adjudicarle su autoría? Facilísimo. Su seña particular son los rostros femeninos de mirada más que expresiva que interpelan al transeúnte donde uno de los ojos suele estar tapado.
Es que la artista y muralista argentina, radicada hace más de diez años en la capital alemana, Caro Pepe, descubrió con una experiencia personal muy dolorosa y obviamente análisis, que a veces, demasiadas veces, simplemente no veía. O lo que es peor, modificaba cual efecto óptico la realidad que la rodeaba para que se acomodara a lo que podía de algún modo asimilar. «Editaba para que se ajustara a mis emociones», nos cuenta desde su estudio/taller en un edificio emblemático de la ciudad, el Alte Münze, antigua fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Berlín, construida en la década de 1930, que hoy alberga numerosos talleres y eventos.
Es que Carolina, dibujaba rostros femeninos desde siempre, pero el costado de retratista de emociones, apareció una de esas madrugadas con esta decepción de la vida que ella empezó a exorcizar en el tablero de dibujo. Así, según cuenta, Berlín, “la curó” y la acunó permitiéndole parir su verdadera vocación. Luego de trabajar durante años como directora de arte en agencias de publicidad, se lanzó a las intervenciones callejeras. Primero pintando en grupo, en una ciudad aún más experimental y muy abierta a los intercambios y la cooperación entre artistas, que le permitió animarse a pintar en dimensiones y lugares que nunca antes había imaginado. Treparse a paredes, ponerse arneses y cambiar definitivamente la escala.
Desde entonces, de algún modo, la calle es su lugar. Ha pintado en todo tipo de proyectos sociales y festivales de arte urbano alrededor del mundo y ha realizado gran cantidad de colaboraciones comerciales con marcas como Maybelline, John Reed, Henessy y hasta una de anteojos para la famosa marca alemana Edel Optics que suele hacer co-creaciones con distintos artistas.
Además, esa mirada suya tan expresiva, que es también la de muchas, la llevó a realizar hitos en su carrera como el mural de la celebración de los 100 años del voto femenino en Inglaterra, con un arte que ahora sana a otros en cada mirada.