Un sistema analógico para un mundo informatizado
Pentagram, el archifamoso estudio británico, motor y referente indiscutido del diseño contemporáneo, ha sido el encargado de idear el sistema de señalización de la Biblioteca Nacional de Luxemburgo, una de las instituciones culturales más importantes del país centroeuropeo y su mayor reserva de conocimiento impreso.
Como era de esperarse, un reto de estas características precisaba una respuesta a la altura y Pentagram no defraudó. ¿Pero cómo organizar eficientemente un espacio versátil de 35.000 m2 que además de contener cerca de dos millones de publicaciones impresas, es también un punto de encuentro cultural, donde se celebran habitualmente conferencias, exposiciones y eventos sobre temas diversos? Pues bien, el equipo encargado del proyecto, compuesto por Sascha Lobe, Sven Thiery, Oliver Wörle, Marvin Boiko y Adriana Bareikyte, se inspiró en ciertos rasgos estéticos del edificio que desde 1984 alberga la biblioteca, para idear un sistema modular tan atrevido como atractivo que permite al propio personal de la institución, escribir y reescribir los copies a medida que las circunstancias lo requieran.
Esta suerte de señalética DIY se compone en esencia de 25.000 cubos producidos en resina sintética que, gracias al diseño de sus caras, son capaces de representar un solo carácter o construir, junto a otros cubos, un carácter de mayor tamaño. Esta excepcional solución ofrece a sus usuarios posibilidades de configuración y composiciones prácticamente infinitas. Por supuesto, la tipografía ha sido creada especialmente para la ocasión, cuenta con cuatro pesos distintos y ha sido bautizada con el nombre de Bibliothèque.
El sistema se completa con 6.000 bastidores metálicos donde descansas los cubos y 2.400 caracteres numéricos planos.
Aunque las cifras pueden sonar en principio escandalosas y sugerir verdaderos engorros a la hora de configurar los paneles, señalizar un espacio del calado cultural, político y arquitectónico de la principal biblioteca de un país como Luxemburgo, no es una tarea menor. Esta fantástica propuesta de Pentagram no solo responde a las necesidades propias de un sistema de señalización, sino también a la historia del territorio, a este particular momento de la historia y por supuesto al furibundo avance de la digitalización de la palabra escrita. Un sistema analógico para un mundo informatizado.