Un universo spaghetti-western muy kitsch
Miles, uno de los estudios con mayor presente y futuro de Quebec, dirigido por David Tremblay Elizabeth Beaudoin, presenta Pot de Vin, una edición limitada de sidras orgánicas, concebidas como regalo corporativo para sus propios clientes, que destaca por su refrescante impronta y más que arriesgada puesta en escena.
«Cada año, para agradecer a nuestros clientes su confianza durante el último año, creamos una sorpresa nueva y única para ellos. Esta es una oportunidad de oro para que demos rienda suelta a nuestra creatividad en un proyecto sin restricciones. Sin embargo, algunos se ven obligados a rechazar este pequeño detalle, por miedo a malinterpretarse como una especie soborno. Como poco, esto siempre nos ha parecido exagerado, así es que decidimos sacar partido a esta situación y convertirla en la génesis del proyecto», comenta Tremblay.
Efectivamente, el equipo creativo formado por Camille Gagnon, Amélie Roy, Antoine Laroche y Gabrielle Martin-Daigle, con Tremblay y Beaudoin a la cabeza, decidió utilizar el «soborno» como eje estético y conceptual de toda la propuesta. Comenzando por el naming, Pot de Vin, que en francés significa… pues sí, «soborno», se fue construyendo un universo ciertamente diferente, lleno de color y excesos. Las ilustraciones como elemento central de todas las composiciones ha sido otro de sus grandes aciertos, y que, orbitada por una constelación tipográfica impoluta, todo no hace más que mejorar.
Pata terminar habría que destacar el trabajo fotográfico a cargo de Kevin Mackinnon, simplemente genial.