Inesperadamente atractivo… Ver para creer
Efectivamente, ver para creer. Si la gente de Resauce te hubiera explicado lo que pretendía hacer con una marca de café, probablamente habrías pensado que, como poco, se habían vuelto locos. Plástico, plástico y más plástico… ¿en una marca de café?, imposible. Pues bien, el resultado «tiene su aquel», vamos a ello.
Qinglü es una marca de café instantáneo que busca posicionarse en el ultracompetitivo y ultrasaturado mercado chino, casi nada. Con esto y conscientes de la particular naturaleza del producto, los de Resauce decidieron ir a por todas y apostar por la provocación.
Con esta idea en mente se comenzó a delinear una hoja de ruta a contracorriente de todo lo que visualmente «oliera a café». A partir de la Bricolage Grotesque, una divertida tipografía obra del diseñador galo Mathieu Triay, se compuso un logotipo simple y accesible del que también se desprende el isotipo, una U que gracias a una diéresis se consigue sugerir una iconográfica sonrisa. Bien.
¿Y eso es todo? No, en absoluto. La verdadera clave de la propuesta de Resauce es el relato, los periféricos y su materialidad. Vasos, tazas, sobres, posavasos, cucharas,… todo respira marca y respira bien. Cuando llegas a este punto ya ni te das cuenta que estas metido en una colorida jungla de plástico y metacrilato transparente más propio de la vajilla de un chiquipark que de una marca de café con proyección internacional. Lo dicho, inesperadamente atractivo… Ver para creer.