Rico Lins es uno de los diseñadores gráficos más influyentes de Brasil. Ha protagonizado y comisariado diversas exposiciones como la que ha recogido recientemente sus magníficos trabajos para la Orquestra Jazz Sinfônica do Estado de São Paulo en el Museu da Imagem e do Som, también en São Paulo. La suya es una gráfica caracterizada por la gran variedad, vitalidad y riqueza de significantes y significados, sumando retazos europeos junto a otros eminentemente brasileños en una conjunción de mundos unidos en un mismo collage visual.
Gráfica de Imágenes internacionales para los Derechos del hombre y del ciudadano, Francia, 1989.
Entre los numerosos significados que pueden darse al proceso de diseño, uno de ellos podría ser el siguiente: observar cosas que otros no ven y convertirlas en evidentes. Es decir, dar forma a un «sentimiento» no expresado, a unos comportamientos todavía no evidentes, a sensibilidades que flotan en el aire. No existe un auténtico método para ello. Es un atributo propio del diseñador, el de ser el eslabón entre el cliente y el usuario; por lo tanto, tiene que ponerse también en el lugar de este último para entender, compartir y, finalmente, expresar sus ánimos.
Póster de su exposición personal, conferencia y taller en Bahía, Brasil, 2000. A la derecha cartel de la muestra que recogió sus trabajos para la revista KulturRevolution en París, Sao Paulo y Río de Janeiro.
De esta manera, es parte de la cultura del diseño el materializarse en una práctica (que no puede ser una estrategia) compartida con la vida cotidiana de la persona a la que, después, irán dirigidos los mensajes. Una práctica de observación (y de abducción, que los británicos llaman serendipity), que difícilmente puede formalizarse porque se aplica en el «aquí y ahora» para solucionar un problema concreto, pero que representa el alma de la profesión del diseñador. También por este motivo, el diseñador no tiene un estilo, si con este término se entiende la simple presencia de coeficientes visuales codificados, sino que tiene, quizás, un «modo» de situarse ante los problemas, que se materializa en las diversas aplicaciones, evolucionando al ritmo de su experiencia profesional.
The Real Thing, afiche para conmemorar los 25 años de Coca-Cola Art Project, 1992.
Esto es, en el fondo, lo que llamamos cultura: la cultura del diseñador, quizás difícil de expresar con diagramas y fórmulas al comienzo de cualquier presentación de un proyecto (cuando tan cómodo resultaría para destacar su valor), pero que en su ductilidad, es decir, en su capacidad de ser, a la vez, estratégica y táctica, encuentra la solución específica para ese problema concreto. Así, según va aumentando esa formación, aumentan también las posibilidades de elaborar lenguajes diferenciados y estrategias también diferentes (con sus aplicaciones tácticas) con una libertad cada vez mayor de los elementos de una posible «gramática» de la visión, la creación de mestizajes con soluciones pertenecientes a contextos distintos, o incluso «con el cruce» de esos mismos contextos, tradiciones, legados culturales.
A la izquierda, cartel para la película La boca del lobo de Francisco J. Lombardi, 1989. A la derecha, afiche para la película Eu Sei que Vou Te Amar de William Pereira, 1986.
En la práctica, huyendo de los estereotipos y buscando la lengua (la langue de Ferdinand de Saussure) con todas sus encarnaciones reales (la parole, ¿siempre citando a de Saussure?). Pues bien, esto es lo que hace Rico Lins. Y lo hace porque tiene detrás de sí una formación compleja desde muchos puntos de vista. Lins es un emigrante: Brasil, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y vuelta a Brasil. En los primeros tres países, además, compaginó la formación con la profesión. También es un diseñador que ha tocado todo lo que normalmente cae bajo la definición de diseño gráfico: edición, edición discográfica, televisión, identidad corporativa, comunicación cultural, etc.
Póster para el lanzamiento en EEUU del film Laberinto de pasiones, de Pedro Almodóvar, 1989.
Lo demuestran no sólo su currículum, sino también su seguridad y capacidad de síntesis (a todas luces espectacular) a la hora de explicar el trabajo de su estudio en su página web. Es miembro de la AGI, por lo que, lógicamente, forma parte de una red privilegiada de diseñadores; y, finalmente, es comisario de concursos y promotor cultural (véase la exposición sobre diseño gráfico brasileño organizada el año pasado en Chaumont, Francia).
Cartel para Oleanna, obra teatral de David Mamet, 1991.
Si podemos considerar los carteles un lugar privilegiado a la hora de expresar cuestiones lingüísticas (simplificando mucho, bien por las características físicas del medio, o bien porque a menudo hay sensibilidad por parte del cliente), encontraremos expresados con absoluta evidencia los resultados de esa complejidad profesional y cultural. Hayaremos, en primer lugar, unos lenguajes, plasmados en las series dedicadas a ocasiones concretas, por ejemplo, Jaz Sinfónica y Brazil em Cartaz. Hay un signo estable –la marca– con su semántica rigurosa, y otros que se citan entre sí, siguiendo una lógica de asonancias que pertenecen más a la retórica que a la semiótica. Se trata exactamente de una langue encarnada en distintas parole, hablada en el «aquí y ahora» de cada póster concreto (todos ellos, por otra parte, extraordinarios).
Carteles para la Orquestra Jazz Sinfônica do Estado de São Paulo, Brasil, 2006. El programa de cada función está impreso a la vuelta para poder ser doblado y distribuido por correo o en mano.
Y después, si ampliamos nuestra mirada más allá de estos dos ejemplos y analizamos las diversas series, es decir, los diversos clientes, la polifonía de los referentes culturales aparece evidente y casi desagradable de recorrer, porque no resulta muy interesante perseguir una matriz francesa en un signo o en un registro gráfico, sino que lo divertido es intentar comprender por qué esa referencia era necesaria en ese momento y de qué manera se volvió eficaz. Pero ello requeriría mucho tiempo, ya que lo que Rico Lins despliega es una Capilla Sixtina del diseño gráfico. No por su coherencia estilística, lógicamente, sino precisamente por lo contrario, es decir, por la diversidad y la amplitud de los significados aludidos.
Pósteres para la muestra Brésil à l'affiche/Brasil em Cartaz, retrospectiva de cartelistas brasileños organizada en Chaumont, Francia, 2005/2006.
Carteles para el lanzamiento de Reciclato, marca de papel 100 % reciclado. Las imágenes están realizadas empleando obras propias y de otros artistas, 2001.
Artículo publicado en Experimenta 58.