La joven diseñadora italiana Stefania Borasca ha desarrollado un sistema de etiquetado para los productos del mar que se inspira en la tabla periódica de los elementos químicos de Dmitri Mendeléyev. Frente a la tendencia dominante en el ámbito del marketing alimentario, Liska busca promover el consumo responsable a través de un lenguaje visual sencillo y transparente.
Liska, Stefania Borasca, 2015.
El sistema de etiquetado Liska nace como proyecto de fin de carrera de la diseñadora Stefania Borasca, afincada en las Marcas (Italia) y especializada en diseño gráfico y editorial. Su objetivo es proponer una alternativa a los sistemas tradicionales de etiquetado de productos pesqueros, que a menudo olvidan su función principal —la de transmitir al consumidor las informaciones relativas al producto— y parecen dirigirse exclusivamente a los técnicos y profesionales del sector.
Tal como sugiere el propio nombre del proyecto —que en italiano se lee como lisca (espina)—, la información es inherente al producto y es un derecho del cliente, necesario para que éste pueda moverse, tanto en la gran distribución como en realidades más pequeñas y locales, de manera consciente, autónoma y responsable.
Las leyes de la percepción y de la memoria de los psicólogos de la Gestalt, que ponen en primer plano las estrategias mentales de subdivisión y clasificación, constituyen el punto de partida de la solución propuesta por Stefania Borasca. El método elegido por la diseñadora italiana como fuente de inspiración es la tabla periódica de los elementos del químico Dmitri Mendeléyev.
En la tabla de Stefania Borasca los alimentos de mar sustituyen a los elementos químicos y un dibujo fácilmente reconocible del producto se asocia a una serie de símbolos y siglas; creando de tal manera un código visual claro y directo que el consumidor puede volver a encontrar en todas las etiquetas.
Además, conectándose a una aplicación para móviles desarrollada por la propia diseñadora, el consumidor puede acceder a una amplia gama de informaciones útiles, desde la trazabilidad del alimento (origen y trayectoria) hasta sus propiedades nutricionales.
“El proyecto Liska busca intervenir en la base de la distribución y la comunicación en relación con la cadena alimentaria, mediante la propuesta de un sistema que podría extenderse a todas las categorías de productos frescos”, comenta la joven gráfica italiana.
