Nancy Skolos (1955) y Thomas Wedell (1949) se conocieron a mediados de la década de los 70 en la Cranbrook Academy of Art (Michigan, EEUU). Desde entonces, su vida personal y profesional permanecen firmemente entrelazadas. La tipografía y el diseño de Nancy y la fotografía de Thomas, conviven en su casa-estudio de Boston y, lejos de la arbitrariedad, generan nuevos paradigmas de comunicación visual. La pasión por el proceso creativo en la que ambos autores militan agudiza su ingenio en favor de enérgicos carteles. Espacios ilusorios y tridimensionalidad en mayúsculas.
Propuesta de cartel, Divisón de Arquitectura+Diseño, Departamento de Paisajismo, Rhode Island School of Design, EEUU, 2004 (izq.) Propuesta de cartel, Divisón de Arquitectura+Diseño, Departamento de Furniture Design, Rhode Island School of Design, EEUU, 2004. (dcha.)
Quizá la mejor manera de acercarnos al trabajo de Nancy Skolos y su marido Thomas Wedell, fotógrafo y socio de Skolos-Wedell en Boston, sea a partir del libro firmado por ambos para Rockport que salió en junio. Ya su título, Type, Image, Message: Merging Pictures and Ideas. A Graphic Design Layout Workshop, deja traslucir algunos aspectos peculiares de su trabajo.
La referencia a los mensajes, por ejemplo, no parece en absoluto casual. En una época en la que la autoría es vista a menudo como formalismo, las imágenes recogidas aquí (de diseñadores internacionales) siempre son la interpretación de una idea. Además, creo que la idea de laboratorio tiene que ver con su actividad didáctica.
Skolos es jefa del departamento de Diseño Gráfico del RISD, la prestigiosa escuela de artes visuales y diseño de Providence, donde enseña también Wedell.Hay que añadir que la relación entre caracteres tipográficos e imágenes es un instrumento de catalogación eficaz para establecer, dentro de esta relación, cuatro categorías: separación, fusión, fragmentación (aquí la imagen destruye al carácter o viceversa) e inversión (la imagen se transforma en carácter y el carácter en imagen). Tal y como admite la propia Skolos, probablemente sea la fusión la categoría que predomina en su trabajo y para describirlo podemos retomar una metáfora utilizada ya desde los 80 que evoca la coreografía.
La presencia de una coreografía de signos como base de sus proyectos es indiscutible, como si fuera una partitura necesaria (como la musical) para organizar sus espacios de dislocación así como los tiempos de lectura. Además, esta idea pone en evidencia su fuerte riqueza visual, casi como si retomara metafóricamente la idea de los «niveles» de imagen, hoy posibles gracias a la utilización de programas informáticos gráficos. Pero, en este caso, los niveles no se limitan a solaparse, se funden.
Así, las referencias visuales se hacen bastante más complejas. Es cierto que al referirnos a ellos se suele hablar de «tecnocubismo» (y Skolos confiesa un viejo enamoramiento por Léger), pero es igualmente cierto que en sus imágenes puede verse toda otra serie de guiños: al surrealismo, a un cierto constructivismo, a la post-modernidad de los años ochenta; al decó parisino de los años treinta y, ¿por qué no? a los figurativismos de las escuelas del este europeo de los años cincuenta.
Un abanico de referencias tan amplio se explica de una sola forma: haber superado el umbral entre imagen y lettering. Y volvemos nuevamente a Type, Image, Message. En efecto, si pensamos en la historia del diseño gráfico como en un alternarse, por un lado, de abstracción, sistema, escritura y modularidad y, por otro, de figuración, iconismo e irregularidad, entonces por el mismo principio debemos admitir que los manifiestos, y todo el trabajo proyectual de Skolos y Wedell, se halla exactamente en la cresta entre esas dos vertientes.
Se vuelve por tanto interesante la otra categoría que Skolos asigna a sus trabajos: la fragmentación. Podríamos incluso, si quisiéramos, volver a poner en juego una metáfora de procedencia tecnológica. En efecto, recordamos que Wedell es fotógrafo y que, por lo tanto, en su actividad profesional específica, ha podido reflexionar cómodamente sobre cómo la digitalización ha influido en la que, por propia definición, es la imagen de referencia: la fotográfica. Y lo mismo, como es natural, habrá hecho Skolos respecto al carácter tipográfico, un área muy bien planteada por el RISD (de allí salieron Tobías Frere-Jones y Cyrus Highsmith).
Resumiendo, en sus trabajos la pulverización de la imagen debida a la digitalización no tiende a la creación de nuevos efectos espectaculares, hiper o súper realistas, y la no linealidad de la lectura inducida por prácticas hiper textuales no se convierte en un sucederse incondicionado de golpes de escena.
Se pide al lector que entre en la imagen, que encuentre su estructura coreográfica y que gane así, gracias a ello, un riquísimo contenido de significados. Por todo lo cual, el trabajo de la pareja bostoniana no es exactamente polisémico, tal y como se suele desear que sea la obra de arte (por lo menos en estos dos últimos siglos). Se trata de un trabajo que pone en marcha una serie de significados, pero no amontonados, sino concatenados adecuadamente y, por tanto, capaces de mantener un ordenamiento unitario entre lectura perceptiva y descodificación semántica.
Artículo publicado en Experimenta 56.