Comida callejera y Helsinki parecen a priori conceptos contrapuestos. En el imaginario colectivo del español medio, Finlandia es un país frío y oscuro que no invita a comer en la calle. Sin embargo, la realidad es bien distinta y así lo pone de manifiesto Streat Helsinki, un festival gastronómico en el que se potencia precisamente eso, la comida callejera en el corazón de la capital finlandesa. Y es que cuando el sol escasea hay que aprovechar hasta el último rayo y que mejor manera de hacerlo que comiendo au plein air.
Streat Helsinki, Finlandia, 2014.
Este año tuvo lugar el Streat Helsinki, un evento que reunió a unos 20.000 amantes de la comida en la capital nórdica y que, gracias a su gran acogida volverá a celebrarse el año que viene. El festival se estructura en tres secciones: Talks, una serie de charlas a cargo de expertos en el arte de la cocina organizadas por Gastro Helsinki; Eats, el plato principal de la feria, que contó en esta primera edición con la colaboración de cerca de 40 puestos de comida de restaurantes de toda Escandinavia y de otras partes del mundo sirviendo a visitantes y curiosos su mejores recetas; y, completando la programación, Parties, la celebración de conciertos y fiestas en los distritos culturales de Tori y Abattoir.
Como no podía ser de otra manera en un país nórdico, el diseño juega un papel fundamental en la concepción de Streat Helsinki. Los encargados de crear la identidad corporativa del festival, incluyendo todo el material impreso y el marketing, fueron Kokoro & Moi, una agencia creativa especializada en identidad de marca y diseño fundada en 2001 por los diseñadores Teemu Suviala y Antti Hinkula y que cuenta con una clientela internacional, trabajando para importantes empresas, para particulares y para instituciones culturales de gran prestigio.
Su idea para la feria finlandesa era combinar autenticidad con un espíritu experimental. Para ello utilizaron colores llamativos y atrevidos y una tipografía hecha a medida, dándole a todo el conjunto un toque DIY y un ambiente años noventa que encajan a la perfección con el espíritu del evento. En definitiva, todo el diseño está pensado para darle sabor a los últimos días del frío invierno y abrir el apetito a la diversión.
