Alumnos de doce escuelas de la comarca del Priorat y algunos niños enfermos de cáncer ingresados en el Hospital San Joan de Déu de Barcelona son los responsables de cada una de las 1.750 etiquetas del vino que, con fines benéficos, se vendió en la tercera edición de la Fira del Vi Solidari de Masroig (Tarragona). Fueron los diseñadores de Atipus quienes decidieron involucrar directamente a los niños en el proceso, ya que son ellos los verdaderos protagonistas de la iniciativa Masroig vi solidari.
Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
En el año 2011 nace Masroig Vi Solidari ("Masroig Vino Solidario"), un proyecto en el que colaboran diferentes bodegas de la comarca del Priorat con el objetivo de producir 1.750 botellas de vino solidario al año; un vino que es solidario porque los beneficios recaudados por su venta son íntegramente destinados a la investigación que realiza la Obra Social Sant Joan de Déu sobre aspectos relacionados con el cáncer infantil, una enfermedad que, al ser considerada minoritaria –nos informan sus miembros– no obtiene la financiación necesaria y es marginada por las farmacéuticas que no ven rentable el desarrollo de nuevos fármacos.Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
En esta ocasión, las botellas de vino presentaban una novedad con respecto a años anteriores, pues fueron realizadas por niños de la comarca bajo la supervisión del estudio de diseño barcelonés Atipus. Conscientes de que uno de los objetivos del proyecto es otorgar visibilidad a una enfermedad comúnmente olvidada, los diseñadores de Atipus consideraron que la participación de los niños podía ser una buena oportunidad para informar a los más pequeños sobre el cáncer infantil, para que entendiesen que niños como ellos padecen la enfermedad.
Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
Etiqueta de una de las botellas de la edición limitada. Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
De hecho, la creación de las etiquetas formó parte de una serie de talleres en los que se les explicó a los niños qué es la enfermedad y cuáles son las características del proyecto en el que participaban: “Nosotros –comenta Eduard Duch de Atipus– les entregábamos una etiqueta con los datos técnicos (nombre del vino, productor, alcohol, etcétera) y un espacio para que ellos dibujaran. El dibujo era libre, pero los niños sabían para qué pintaban estas etiquetas, a quién iban dirigidas y para qué servía lo que hacían. Con su dibujo, con el vino de su pueblo, se conseguían 10 euros que irían íntegramente dedicados a la investigación de cáncer infantil”.
Niños durante el proceso de creación de las etiquetas. Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
Niños durante el proceso de creación de las etiquetas. Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
Niños durante el proceso de creación de las etiquetas. Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
Cada una de las etiquetas que resultaron de este trabajo es única y los coloridos dibujos de los niños, cuya creatividad no entiende de márgenes ni restricciones, se convierten en la imagen perfecta de un proyecto que se distingue precisamente por buscar soluciones poco comunes que vayan más allá de los límites y de las modalidades convencionales de actuación.
Etiqueta de una de las botellas de la edición limitada. Masroig Vi Solidari, Atipus, 2013.
Como cada año, las botellas de vino se pusieron a la venta en la Fira del Vi Solidari que se celebra en Masroig (DO Montsant) y que en cada edición supera las expectativas de sus organizadores. De hecho, en junio de 2013 se recaudaron más de 23.000 euros y más de 1.500 personas visitaron la feria, donde, además de las 1.750 botellas de vino con los dibujos de los niños, se podía encontrar gran variedad de productos locales.
Tercera edición de la Fira de Vi Solidari de Masroig, 2013.