Chocolate, food design barcelonés
¿Qué tiene Barcelona? ¿Por qué te atrapa? ¿Qué es lo que hace que te envuelva y no te deje escapar? Éstas fueron las preguntas que inspiraron el proyecto Xoc Dóna Joc, una colección de tres chocolates inspirada en la ciudad condal, creada por tres estudiantes del Máster de Packaging de Elisava: María López (Mérida), Macarena Norambuena (Santiago de Chile) y Mario Montull (Barcelona). Las respuestas a aquellas preguntas que actuaron como disparadores de la iniciativa fueron muy diversas, sin embargo, los tres diseñadores coincidieron en que lo que realmente atrapa de Barcelona es algo intangible. Es una actitud que se respira. Y es ese mundo de intangibles el que se decidieron a explorar para crear una nueva forma de interactuar y disfrutar del chocolate.
Colección de bombones
Así fue que a partir de su exploración, los estudiantes definieron los tres valores (intangibles) que orientarían su proyecto: “Compartir”, porque Barcelona es una ciudad abierta y se ofrece a los que llegan de fuera. “Experimentar”, pues la ciudad condal es también vanguardia y es atractiva para start-ups y nuevos proyectos. Y, finalmente “Jugar”, pues la capital catalana es sobre todo una metrópoli entretenida: la gente elige Barcelona para pasarlo bien y divertirse. De este modo, los tres valores anteriores inspiraron la creación de los moldes, el diseño de cada una de las cajas y la experimentación con el chocolate. El resultado de este trabajo —galardonado con el premio Liderpack 2016— fue una colección de tres bombones, cada uno de ellos, con una personalidad, un diseño y un packaging bien definidos.
Los bombones
Les voltes: Vinculados principalmente a la idea de “jugar”, estos bombones son cúpulas que encajan una dentro de la otra y funcionan como una muñeca rusa (matrioskas), proponiendo un maridaje de chocolates que se descubre a medida que se destapan las cúpulas. Un juego en el cual cada chocolate esconde el siguiente y sorprende con un sabor distinto. Además, una suerte de “ventanita” en el diseño de la cúpula deja ver que “algo nuevo” se esconde detrás, generando expectativa e ilusión. En cuanto al pack, se trata de una tapa de cartón rígido que en su base tiene un pequeño expositor de presentación de los bombones. Y en el interior de la tapa, otra pieza divisoria evita que los chocolates se desplacen. A nivel gráfico, finalmente, se creó un escenario blanco para potenciar el color del chocolate y aprovechar la singularidad de las piezas.
Les làmines: Una propuesta relacionada principalmente a la idea de “experimentar” sensaciones. Se trata de finas piezas de chocolate de sabor intenso, diseñadas para degustar. Gracias a su mínimo espesor, el bombón se deshace lentamente en el paladar descubriendo todos sus contrastes y matices, y brindando pequeñas dosis de chocolates que exhiben gradualmente toda su intensidad. En el pack, las láminas se distribuyen en una disposición radial que invita a servirse de ellas.
Els bombons: La última propuesta de la colección nacen de la idea de “Compartir”. Cada pieza está pensada para romperse por la mitad dando como resultado dos bombones idénticos. Éste es un chocolate que pide interacción y que invita a un pequeño juego de equilibrios para poder coger cada bombón de un extremo y partirlo para disfrutar de nuestra mitad.
Diálogo entre el diseño industrial y el gráfico
Si bien cada pack de esta colección guarda una singularidad, ya que ha sido diseñado expresamente para cada uno de los chocolates, al igual que la gráfica, que también se adapta a las diferentes formas. Los diseñadores lograron dar al proyecto un sentido global, a partir de establecer un diálogo y una convivencia entre el diseño industrial y el gráfico. Por último, haciendo un juego fonético, el nombre de la colección brinda armonía final a todo el proyecto, resultando en un original homenaje al intangible espíritu barcelonés: Xoc doná Joc.
