Crous-Vidal, un hombre entusiasta de su trabajo y autodidacta, no llegó al grafismo por los cauces habituales –el artista reconvertido en ilustrador por motivos económicos– sino porque creía profundamente en la importancia, modernidad y autonomía de la publicidad y la tipografía.
Artículo de la Revista Internacional de les Arts, tipografía y grabado en relieve, 1933-1934 (Izq.), cubierta Caractère, 1950 (dcha.)
El artista dedicó sus primeros años de trabajo a todo tipo de artes: cine, música, diseño, publicidad, pintura, literatura… Fue entonces, en 1933, cuando creó la revista Art, que debía haberse llamado Antiart, pero, debido a un error del fotograbador, cambió su cabecera definitivamente. En la revista participaban colaboradores de diferentes profesiones, todos ellos leridanos: arquitectos, filólogos, fotógrafos… y en sus páginas tenían cabida todos los aspectos relativos a la vanguardia: desde la danza o el cine sonoro, hasta la fotografía experimental, la iluminación o la arquitectura, todo siempre marcado por su fuerte espíritu combativo. En ella publicó sus poemas, artículos sobre publicidad letrística e imprenta y también diseñó sus cabeceras y titulares.
Díptico publicitario de Fugue d´Arabesques.
Tras la guerra civil, Crous-Vidal tuvo que exiliarse en Francia, donde comenzó su segunda etapa, en la que se aleja de los movimientos vanguardistas. A partir de ahora es cuando se consolida como diseñador gráfico y finalmente termina por dedicarse a la tipografía. Gracias a sus conocimientos sobre la imprenta, colaboró con la Resistencia en 1942 fabricando documentos falsos. En París trabajó tres años como maquetista de la prestigiosa imprenta Draeger y para diversas publicaciones del sector de la impresión y las artes gráficas. Fue en esta época cuando conoció a Maxilien Vox, editor de la revista Caractère, una importante publicación especializada donde dio a conocer sus letras. Vox que le animó a desarrollar su interés por la letrística en el terreno de la tipografía y a luchar por mantener un estilo arabesco y latino frente al poderío germano que reinaba en el período de entreguerras.
Anuncio del programa de Fiestas de Lleida, 1931-1932 (izq.), cubierta Caractère Noël, 1952 (dcha.)
Pero fue a partir de 1950, año en el que creó su propio estudio gráfico, cuando su obra alcanzó mayor fecundidad con un éxito fulgurante, debido a la firmeza y originalidad de sus propuestas. La Fonderie Typographique Française fundió su serie de viñetas Fuga de arabescos, que más tarde serían producidas por la Fundición Tipográfica Nacional.
Anuncio del programa de Fiestas de Lleida, 1931-1932.
Estas fueron concebidas por Crous-Vidal como el punto de partida de una investigación sobre motivos decorativos que aplicó a la tipografía, a la creación de papeles, tejidos y envases. Un año después diseñó las iniciales París, en tres grosores y sin caja baja, que tendrían difusión en Francia y España. Le seguiría la letra Flash tridimensional, una versión más hueca y más gruesa del carácter, que buscaba efectos ópticos y de relieve. Crous-Vidal continuará diseñando letras, como la Illerda o Ille de Francia, hasta que en 1966 consiguió registrar 26 patentes tipográficas.
Anuncio de Cinzano, 1947-1954.
Artículo publicado en Experimenta 31, con motivo de la exposición dedicada a Enric Crous-VIdal comisariada por Patricia Molins y coproducida por el Instituto Valenciano de Arte Moderno y el Museo d´Art Jaume Morera de Lleida en 2000.