Hace ya veinte años nos dejaba el diseñador valenciano Pedro Miralles. En ocasión del aniversario de su pérdida se está elaborando una exposición itinerante que se inaugurará en Valencia el próximo mes de octubre de 2013. Recordamos la figura y la trayectoria profesional de Pedro con este artículo de Pilar Mellado y Javier Pastor.
Aparador Poynton para Artespaña, Pedro Miralles,1988.
Pedro Miralles Claver, arquitecto de formación y diseñador industrial de profesión, nació en Valencia en 1955 y a mediados de los años setenta se trasladó a la capital para terminar sus estudios universitarios. En Madrid, se vio inmerso en la Movida Madrileña, participando activamente en los diversos ámbitos culturales que confluían en el movimento. A su círculo de amistades pertenecían personajes como el cineasta Pedro Almodóvar, la fotógrafa Ouka Leele y el diseñador de moda Jesús del Pozo, entre muchos otros. Junto a este último trabajó durante dos años, tras finalizar sus estudios de arquitectura en 1980. Pero el grupo de amigos más frecuentado por Pedro fue el conocido como La Loggia, compuesto por profesores y alumnos de la Escuela de Arquitectura como Gabriel Ruiz Cabrero, Antón Capitel, Sigfrido MartÍn Begué y Javier Vellés. Se reunían en el mítico bar Chicote de la Gran Vía y de esos encuentros surgió, en el año 1980 Arquitecturas Modernas, la primera de sus exposiciones.
Tras el periodo transcurrido en el estudio de Jesús del Pozo, Pedro descubrió el mundo del diseño industrial y comenzó a crear sus propios muebles. En este sentido, podemos reconecer la influencia de su padre, el Ingeniero de Caminos Emilio Miralles que llegó incluso a diseñar un mueble bar en los años 40 que Pedro conservó hasta mucho tiempo después.
Madrid y los años 80 eran el lugar y el momento más idóneos para lanzarse profesionalmente, oportunidad de lo que Pedro supo aprovecharse: participó en numerosas exposiciones como Nueve Nuevos Muebles, inaugurada por la editora BD Madrid en su espacio de la calle Villanueva, en febrero del año 1984. El mismo año, Pedro fundó su propia empresa Nuevas Manufacturas (NMF) y a través de ella produjo y vendió las primeras piezas que tuvieron repercusión en los medios de comunicación más representativos del nuevo diseño español (La Luna, Ardi, On, Diseño Interior…). Éstos fueron presentados en su primera exposición monográfica, Muebles Manufacturados, inaugurada en el mes de octubre en la Tienda/Galería que Alfaro Hoffman tenía en el centro de Valencia.
Escritorio Compás para Punt Mobles, Pedro Miralles, 1990.
Dos años después, en junio de 1986, Pedro presentó sus primeros productos en la exposición Más Muebles, realizada también en Valencia en la Tienda/ Galería de Luis Adelantado. La mayoría de las piezas presentadas eran producidas o editadas por empresas como BD Madrid, BD Ediciones de Diseño, Martinez Medina y el propio Luis Adelantado. Pero fue en abril de 1989 cuando celebró su exposición más importante, Máquinas, Arquetipos y Muebles Preciosos, donde pudieron apreciarse todas las piezas realizadas hasta el momento, como el aparador Poynton de Artespaña (1988), el taburete y la mesas Dry Martini de Akaba (1988), la colección Éboli de Andreu World (1988), la Lámpara Egipcia y la Butaca Emma de Santa & Cole (1988) o la colección Lynx de XO (1987). El evento fue inaugurado en abril en la Galería Vinçon de Barcelona y, posteriormente, en mayo, en la Galería Rita de Valencia.
Escritorio Compás para Punt Mobles, Pedro Miralles,1990.
En 1987, Pedro viajó a Milán para incorporarse en el máster de diseño de la prestigiosa escuela Domus Academy gracias a una de las becas de posgrado concedidas por el Instituto de la Pequeña y Mediana Industria de la Generalitat Valenciana (IMPIVA). En Italia, Pedro colaboró con Massimo Morozzi en la iniciativa Sedie & Company con el proyecto de la Silla Hakernar (1988), y para Ceccoti –empresa que hoy en día sigue destacando en la producción de muebles en madera maciza de gran calidad– diseñó el Perchero Pezzunia (1989).
En la fabricación de sus piezas Pedro utilizaba siempre materiales de primera calidad como la madera de roble, la bubinga, la raíz de madrona, el acero, el aluminio y diferentes tipos de cristal; los combinaba con motivos ornamentales realizados en ébano de macasar, cobre, marquetería fina e incrustaciones de materiales preciosos, todo ello trabajado desde la manufacturación más detallista y artesanal. Así, Miralles ahondaba en conceptos geométricos básicos que crecían, merced a una exquisita atención al detalle para construir una narrativa adherida al objeto. En cierto modo, este planteamiento lo alejaba del postmodernismo imperante de los años 80.
Escritorio Compás para Punt Mobles, Pedro Miralles,1990.
Pedro Miralles encontró sus propios fundamentos en la rigurosidad del neoclasicismo y el lujo del art decó. La reflexión, la atemporalidad, la calidad perceptible en las proporciones, el redescubrimiento de tipologías clásicas y los materiales nobles, constituyen las características comunes a todos sus objetos.
Recordado por su gran sensibilidad intelectual, Pedro era amante de la lectura, el teatro, la música y el viaje como fuente de inspiración creativa. Su carácter polifacético se percibe en toda su producción. Así por ejemplo, el escritorio Compás (1990) de la firma valenciana Punt Mobles, fruto de la relación de un escritorio con la literatura y la capacidad de ésta para crear imágenes, es un mueble elegante, sofisticado, de líneas suaves y limpias, pero sobre todo, funcional y pensado para integrarse en la vida cotidiana de un hogar. En el mueble destaca especialmente una persiana corredera o rolltop, que, al abrirse, permite elevar el plano de trabajo; este movimiento se traslada a los laterales donde, como un compás, se depliegan los sectores circulares que confieren estabilidad al plano de trabajo. En el interior, un cajón con diferentes compartimentos permite guardar pequeños objetos.
Aunque Pedro se formó y trabajó desde Madrid, nunca dejó de ser y sentirse valenciano, era consciente del momento que también se vivía en su ciudad natal. “Valencia, por ejemplo, es como un arsenal. Yo creo que si alguien pone una cerilla en el lugar adecuado, saltará como un volcán”.
Gran parte de las empresas productoras de sus muebles eran de Valencia, como Punt Mobles, para quien además de Compás (1990) creó la consola Alfiler (1992). Para Andreu World desarrollló la colección Éboli (1988), y no hay que olvidar su temporada como director de arte de la empresa Ebanis para quien creó la colección Maklas (1989), entre otras. También debemos recordar sus aportaciones en empresas como Muebles DO+CE y Arflex & Martínez Medina.
El 30 de agosto de 1993 el mundo del diseño se sorprendió con el inesperado fallecimiento de Pedro. Un duro golpe para todos aquellos que habían tenido el honor y el placer de conocerle. A sus 38 años recién cumplidos, Pedro nos dejó un amplio legado de diseños llenos de sobriedad y con un estilo marcado por su fuerte personalidad.
Actualmente, la autora de este texto trabaja en el desarrollo de una tesis doctoral, que recoge un análisis exhaustivo de la trayectoria profesional de Pedro Miralles. Al hilo de esta investigación se propone la realización de una exposición conmemorativa en ocasión del 20 aniversario de su pérdida. El evento se inaugurará en la Escuela de Diseño (ETSID) de la Universidad Politécnica de Valencia a mediados del mes de octubre. Posteriormente, la exposición itinerante abrirá sus puertas en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, lugar donde Pedro impartió clases en sus últimos años de vida y, a principios de 2014, en el Museo de Artes Decorativas de Madrid, donde podrá visitarse hasta finales del mes de febrero.
Pilar Mellado es Investigadora de diseño industrial de la Escuela de Ingeniería Técnica en Diseño Industrial Universidad Politécnica de Valencia.
Javier Pastor es Profesor de éstética e historia del diseño industrial de la Escuela de Ingeniería Técnica en Diseño Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia.