En ocasiones, la arquitectura puede ser una fuente de inspiración para el diseño de bicicletas. Aero, de los arquitectos Atanas Zhelev, Mariya Korolova y Martino Hutz, recoge los avances tecnológicos proyectados en un edificio de Zaha Hadid para configurar un cuadro de madera sólido, flexible y que prescinde de los sistemas de amortiguamiento clásicos.
Prototipo de Aero, Atanas Zhelev, Mariya Korolova y Martino Hutz, 2015.
Presentada durante el pasado Salone del Mobile de Milán, Aero se propone el reto de fabricar una bicicleta de madera que pueda igualar en resistencia, ligereza y versatilidad a los modelos convencionales de aluminio y fibra de carbono. A diferencia de otros proyectos similares como WooBi, Arvak o Alerion, la madera no se limita a una revisión artesanal de la bicicleta, sino que se inserta dentro de las lógicas de producción industrial: fabricación en masa, abaratamiento de costes, innovación tecnológica y precio reducido.
La idea surgió mientras Atanas Zhelev, Mariya Korolova y Martino Hutz, tres estudiantes del Instituto de Arquitectura de la Universidad de Artes Aplicadas de Viena (Austria), trabajaban en una estructura de madera junto el estudio de la iraní Zaha Hadid. Debido a la envergadura del proyecto, los tres estudiantes decidieron explorar sus propiedades en un objeto más pequeño. “La bicicleta era perfecta para poner a prueba el funcionamiento de la estructura en una escala diferente y con distintas cargas”, explica Atanas Zhelev.
Aero, que aún se encuentra en fase de desarrollo, presenta una estructura fabricada con lamas de abedul de 0,9 milímetros. Esta planchas convergen o se despliegan en función de las necesidades de resistencia del cuadro, dibujando una silueta elegante y resistente al mismo tiempo. Esta solución asegura además la suspensión del vehículo, prescindiendo así de los muelles convencionales.
Pese a su aparente aproximación artesanal, el proyecto hace de los avances tecnológicos uno de sus puntos fuertes. Los arquitectos han conseguido aprovechar la dirección de la veta de cada una de las lamas, una mejora compleja teniendo en cuenta la escasa anchura de la madera. Además, las lamas incluyen en su interior varias microcapas de fibra de carbono que permiten al vehículo absorber mejor los golpes. Gracias a estas dos funcionalidades se ha conseguido reducir el uso de madera y desarrollar una mayor complejidad estructura.
El resto de componentes que conforman Aero pueden ser conseguidos en cualquier tienda de bicicletas convencionales. “Nos gustaría dar a nuestros clientes la libertad de escoger las partes que ellos desean”, comenta Zhelev. Se estima que el prototipo final de Aero estará disponible para antes de finales de 2015.