El pasado dos de febrero se celebró en Brasil, y muy especialmente en Bahía, como todos los años, a la deidad del mar: Iemanjá. Samuray Martins, oriundo de allí pero radicado en Bélgica, la celebra con una colección especial apodada “Orishas”, que forma parte de un proyecto más amplio –Akra– con el que viene hace ya unos años rescatándo el patrimonio material e inmaterial brasileño para presentarlo al mundo.
Líneas que diseña para algunas de las marcas de moda más importantes del mundo como Isabel Marant, Agnes B, Soeur y Natan Couture, entre otras, y para la suya propia –Akra Collection– con artesanas de pequeñas aldeas de los estados de Maranhão y Bahía.
“Nuestra colaboración creativa da como resultado una artesanía delicada y llamativa, que no sólo explora un recurso brasileño menos conocido, fibras extraídas de las palmeras buriti y piaçava, sino que también estimula el crecimiento profesional y financiero de las comunidades”. Y continúa: “Después de que se recogen de forma sostenible en las plantaciones locales, se entregan a los artesanos de los pequeños pueblos ribereños del nordeste brasileño. Utilizando laboriosas técnicas de macramé o de trenzado – una herencia aprendida de los indígenas – los bolsos de Akra tardan al menos una semana en nacer, mientras que los más grandes pueden tardar dos o tres. A menudo, los productos se pintan después con pigmentos naturales de alta calidad que dan el toque final: los colores naturales de Brasil”. adelanta.
Un auténtico trabajo de cocreación donde la clave sin dudas es la sostenibilidad en el tiempo. “Después de pasar los últimos años centrado en el propósito de generar un proyecto a largo plazo, hoy podemos afirmar que trabajamos con 800 familias de artesanos que no sólo crean cada pieza con cariño y atención al detalle, sino que también cosechan los beneficios de su trabajo: ahora han alcanzado la estabilidad financiera y están capacitados profesionalmente”, continúan.
Cuando se le pregunta, qué es lo que lo motivó a desarrollar un proyecto de diseño social Martins va a sus propias raíces: “Desde joven, recuerdo haber estado en contacto con la cultura artesana local. Cada vez que nos mudábamos en Brasil, mi madre se integraba en cada nueva ciudad desarrollando iniciativas comunitarias, muchas de las cuales giraban en torno a la artesanía. Así que cuando me radiqué en Bélgica y empecé a trabajar como diseñador para grandes marcas de moda, lo primero que pensé es cómo trabajar con comunidades de mi país”.
¿El nombre? “Después de diseñar mi primera colección, seguía buscando un nombre que representara sus valores. Fue entonces cuando, en vísperas de la primera sesión de fotos con los productos, mientras cosía unos últimos detalles, mi hermana me sugirió que utilizara una aguja más gruesa. Se acordó de que tenía una caja de agujas que habían pertenecido a nuestra bisabuela, y cuando me la entregó, fue como si todas las piezas hubieran encajado.
La caja, ya desgastada por el tiempo, tenía el dibujo de un indio y la palabra Akra grabada. En esperanto, Akra significa «Todo lo que está por delante» y, al trabajar con las comunidades indígenas, parecía perfecto adoptar el símbolo de la flecha y justamente esa idea, para representar el espíritu del proyecto, que es rescatar el patrimonio cultural cultural de la fabricación manual y llevarlo al mundo, para que nunca se pierda”.
¿Dónde conseguirlos? Berdoff en Nueva York, Galerías Lafayette en París, United Arolds en Japón, Natan en Bélgica, Dopto Objeto en San Pablo y Dada en Milán, entre otras.
