¿Qué pasaría si dejáramos de vernos como animales desterrados de la naturaleza? ¿La muerte dejaría quizás de aterrarnos tanto? ¿Dejaría de ser un tabú y volvería a considerarse una transición, un pasaje más dentro del ciclo de la vida? Los diseñadores italianos Raoul Bretzel y Anna Citelli piensan que sí y lo demuestran con el proyecto Capsula Mundi, un pequeño paso en adelante hacia una concepción de la muerte más leve y sostenible, tanto desde un punto de vista ecológico como emotivo.
En los países cuya legislación los permite, los llamados “green burials” están suponiendo una pequeña revolución: en lugar de talar árboles para construir ataúdes o de emplear sustancias contaminantes para aislar el cuerpo del difunto e impedir el contacto con la tierra, los “entierros verdes” emplean ataúdes biodegradables y sustituyen la lápida de mármol o de piedra —objeto frío e inmutable— con un árbol —ser vivo y cambiante—. Con el proyecto Capsula Mundi, Anna Citelli y Raoul Bretzel desarrollan esta misma idea aunque dando un paso más hacia su dimensión simbólica.
Fabricados con materiales biodegradables que no impiden la transformación natural de nuestra sustancia orgánica, los ataúdes diseñados por la start-up italiana reproducen la forma de un huevo o, más bien, de un embrión. Tras haber colocado las cenizas o el cuerpo del fallecido en posición fetal (en las horas previas a la llegada del rigor mortis), las cápsulas se entierran en el suelo. Con el paso del tiempo, su contenido se convertirá en humus, en sustrato fértil para el cultivo de árboles y plantas. Poco a poco, cada árbol —nacido de una muerte, fruto de una existencia pasada— entrará a formar parte de un auténtico bosque sagrado, lugar para el recuerdo y la meditación. Los familiares del difunto, además, o él mismo mientras siga en vida, podrán elegir el tipo de árbol para plantar en el momento del entierro y tendrán a disposición un trazado GPS que les ayudará a orientarse.
Nacido en 2003 a raíz de una reflexión sobre el papel social del diseñador y presentado en el último TEDx de Turín (Italia), el proyecto de Raoul Bretzel y Anna Citelli se adentra en un territorio —el de la muerte— considerado incómodo y habitualmente ignorado por el mundo del diseño: «la muerte —explican los propios creativos— es cuando dejamos de consumir y de producir, y esta es una de las razones por las que es un argumento tabú, a menudo pasado por alto por los diseñadores». Capsula Mundi, en cambio, busca modificar radicalmente el enfoque: reinterpretando formas y elementos simbólicos (universales y no religiosos), el proyecto presenta una concepción de la muerte como viaje a través de los estados de la materia y en armonía con la naturaleza.