«Quería crear, con un mínimo de pliegues, una estructura tridimensional que acogiera el cuerpo humano».
Chair-igami, del israelí Uria Graiver, translada las posibilidades técnicas de la papiroflexia japonesa al diseño de mobiliario. La silla, fabricada a partir una plancha de metal irregular, se dobla cuidadosamente hasta conformar un asiento con respaldo curvo y sin reposabrazos. Para facilitar el plegado de la estructura el diseñador imprime distintas lineas de puntos, una solución que aporta una mayor maleabilidad al metal sin debilitar la estabilidad del mueble.
«Quería crear, con un mínimo de pliegues, una estructura tridimensional que acogiera el cuerpo humano», comenta Graiver. «La naturaleza fría del metal me fascinaba, y era importante que Chair-igami preservara este sentimiento más que esconderlo». El mueble se completa con una doble estructura tubular que cumple la función de base.