Familiares pero inesperados, esenciales pero imponentes
El diseñador japonés Jun Yasumoto, ex de la ENSCI y antiguo colaborador de Jasper Morrison, ha conseguido hacerse un lugar de privilegio en la escena internacional gracias a un original y depurado estilo en el que las contradicciones, la belleza y el buen diseño, van de la mano.
Y aunque la obra de Yasumoto es tan amplia como atractiva, en este artículo repasaremos algunas de sus experiencias más notables en el apartado de asientos, concretamente cinco. Vamos a ello.
Dopo, una butaca demoledora
La primera de ellas es Dopo, una butaca demoledora construida a partir de una sinuosa estructura descubierta de acero tubular y coronada por un generoso cabecero, firma inequívoca de la composición. «Dopo, ‘después’ en italiano, es un asiento hecho para esos los momentos ‘después’,… ‘después de un largo día’, ‘después de una buena comida’, ‘después del trabajo'», comenta Yasumoto.
Loria, para una amplia variedad de contextos y situaciones
Seguido tenemos a Loria, una colección que gracias a la combinación de sus dos carcasas y sus numerosas bases, es capaz de proporcionar una soluciones asientos simples e intransigentes para una amplia variedad de contextos y situaciones. «Loria es el resultado de un extenso trabajo de desarrollo en busca de los procesos de producción más adecuados para las funciones más exigentes, es un sistema de asientos diseñado para ser flexible y cómodo en el uso diario, manteniendo al mismo tiempo su accesibilidad».
Lanas, una serie inapeable
Lanas por su parte ofrece una serie inapeable compuesta de dos alturas distintas de taburetes con respaldo y silla de comedor producidas íntegramente en madera maciza y contrachapado de roble. El cliente, nada más y nada menos que la francesa Bosc, buscaba una propuesta reconocible y representativa del alto nivel de artesanía de la fábrica. Se consiguió.
Abril, apilable, versátil y efectiva
Abril es una silla sencillamente compleja: «Diseñar una silla de madera apilable es difícil. Respaldo ancho, asiento estrecho; los ingredientes necesarios para la apilabilidad no siempre contribuyen a una forma armoniosa. Desde un principio mi intención principal fue reducir tanto como fuera posible estas características que hacen que las sillas apilables de madera luzcan voluminosas. Para lograrlo, mantuve las patas traseras lo más bajas posible, permitiendo que el respaldo visualmente ligero continuara hacia arriba con materiales mínimos».
Kei, deliciosa, punto
Y por último, tenemos a Kei, deliciosa. Se trata de una butaca ligera de líneas depuradas, familiares pero sofisticadas, producida 100% en madera maciza de roble. La controvertida de ocultar las hermosas vetas de este noble material tiñendo todo en un negro mate, termina por funcionar. «Cuando me dijeron en Industry+ que teníamos la oportunidad de hacer un prototipo de silla con un fabricante japonés de madera curvada, decidí experimentar con una forma de silla que solo podría lograrse con curvado de vapor. En ese sentido, Kei puede considerarse como una investigación sobre la expresividad formal del proceso de curvado de la madera».