Diseñada en forma de nube por Richard Clarkson Studio, Cloud es una lámpara interactiva dotada de un sistema de altavoces que –simulando el destello de los rayos y el estruendo de los truenos– recrea en un tranquilo ambiente hogareño los efectos de una tormenta eléctrica. Programada, además, para ofrecer opciones alternativas, Cloud redefine las potencialidades de los dispositivos de iluminación y, más en general, de la tecnología smart aplicada al diseño industrial.
Fundado en 2013 en Nueva York por el joven diseñador neozelandés Richard Clarkson, el estudio es un laboratorio experimental de arte y diseño. Al aprovechar los últimos avances en el desarrollo de herramientas de diseño interactivo –que permiten crear objetos inteligentes cada vez de mayor calidad a menor coste–, el equipo del Richard Clarkson Studio aboga por “una nueva manera de hacer”, que se sustente en un profundo dominio del lenguaje tecnológico. «Conocer las posibilidades y de los límites de una tecnología –escribe el propio Clarkson–, hace que podamos desplazar dichos límites para lograr nuevos descubrimientos. Sin eso, el diseñador se expone al estancamiento”.
El punto de partida de Cloud es Arduino, una plataforma de código abierto, de uso fácil e intuitivo, pensada para crear proyectos interactivos. La primera versión de este objeto híbrido –un prototipo no apto para su comercialización, diseñado a finales de 2012– representó el comienzo de un proceso de búsqueda más profundo en el ámbito tanto de los materiales como de las tecnologías.
Cloud 2.0 –la versión actualmente a la venta– dispone de una estructura más resistente y de un sistema de altavoces subwoofer más potente. Las bombillas LED, de larga duración y multicolores, gradúan su brillo e intensidad, sintonizándose así con el ruido de los truenos. Los interruptores físicos de la Cloud 1.0, además, han sido sustituidos por una aplicación de control remoto que –unida a los sensores de movimiento– agiliza la interacción con la luminaria. El material que reviste y oculta este núcleo tecnológico y que, además, evoca la textura y la apariencia de una nube, es una fibra hipoalergénica de poliéster, especialmente idónea para la difusión de la luz.
Además del espectáculo insólito de una tormenta eléctrica, la lámpara de Richard Clarkson ofrece otras opciones: un “modo noche”, la posibilidad de incorporar un altavoz (para reproducir la música de un cualquier dispositivo conectado con Bluetooth) y, quizás la más sugestiva, en especial para un espacio público, la opción de comunicar con otras Cloud, escenificando así un cielo borrascoso.
En línea con la filosofía del estudio, el código de Cloud –el truco que se esconde detrás de este “nuevo tipo de magia”, tal como define la «revolución smart«– está disponible al público para que lo pueda estudiar, aprovechar o mejorar. El objetivo es establecer puentes entre los diseñadores y los usuarios, creando comunidades en la que compartir ideas y herramientas. Según esta perspectiva, además, el propio papel del diseñador podría redefinirse, apuntando hacia una función de coordinador y guía.
Cloud, Richard Clarkson, 2014.