En busca de soluciones para una enfermedad que afecta a más de 65 millones de personas en todo el mundo
El diseño no puede curar la epilepsia, pero sí puede hacer la enfermedad más llevadera. El estudio de estrategia digital Artefact ha ideado Dialogue, un pequeño dispositivo que monitoriza las constantes biométricas de los pacientes epilépticos y les ayuda a tomar decisiones que mejoren su calidad de vida. Combinando computación en la nube, un dispositivo portátil y una interfaz de usuario específicamente diseñada, Dialogue aspira a controlar la incertidumbre que rodea a la enfermedad y transformar radicalmente la experiencia del paciente.
En las últimas décadas, la medicina ha ampliado de forma significativa sus procedimientos de actuación. Tradicionalmente, los doctores e investigadores se han centrado casi por completo en el diagnóstico, tratamiento y cura de enfermedades. Sin embargo, a día de hoy se empiezan a considerar otros aspectos igual de determinantes, como la calidad de vida del paciente, la prevención de enfermedades crónicas o el diálogo que el enfermo mantiene con su dolencia. Este nuevo enfoque reinterpreta el concepto de salud, que a partir de ahora cobra un significado más totalizador y humanizado.
El papel que pueda jugar el diseño en este nuevo horizonte es determinante. Es el caso de la epilepsia, una enfermedad que afecta a más de 65 millones de personas en todo el mundo: compleja e impredecible, su cura es aún desconocida y su tratamiento es casi exclusivamente paliativo. La farmacología actual no es capaz de resolver los problemas cotidianos a los que se enfrentan los pacientes, como la incapacidad de predecir sus ataques epilépticos o las lagunas de memoria que surgen justo después. Además, su estigmatización social acaba por impactar emocionalmente en la salud mental del paciente y limitar su actividad.
Es aquí donde entra en juego Dialogue. “Creemos firmemente que el diseño puede jugar un rol muy importante a la hora de conseguir mejores resultados”, explica Artefact, responsable de la idea. Desde Seattle, este estudio de diseño estratégico está desarrollando una plataforma digital que conecta un monitor biométrico y una app para móviles para ayudar a los pacientes a conocer mejor su enfermedad y poder tomar decisiones más inteligentes sobre su vida. En definitiva, establece un diálogo más honesto entre el enfermo y su enfermedad.
Detrás de Dialogue se encuentra un equipo interdisciplinar integrado por investigadores, programadores de software, desarrolladores de negocio, estrategas de marca, diseñadores visuales, industriales y de interacción. El proyecto aprovecha los últimos avances en tecnología para dispositivos portátiles, como las pantallas flexibles o las baterías ultraligeras, pero también hace uso de las últimas novedades en diseño de interfaces y experiencia de usuario. Se espera que los primeros modelos comercializables vean la luz en menos de dos años.
El cerebro de Dialogue reside en su monitor biométrico. Compuesto por una pantalla flexible y táctil, una batería y un revestimiento protector, este módulo semitransparente puede adherirse discretamente a cualquier parte del cuerpo. Los sensores del monitor biométrico memorizan todos los datos del paciente y de su entorno en tiempo real: presión, temperatura, pulso, hidratación, ubicación o movimiento del usuario, entre otros. Estas constantes vitales son enviadas posteriormente por Bluetooth al sistema central para que identifique el inicio y la duración de los ataques, además de sus posibles causas.
Como si de un smartphone se tratase, el monitor proporciona notificaciones al usuario tales como recordatorios para ingerir ciertos medicamentos o alertas de que un ataque epiléptico podría estar a punto de ocurrir. A su vez, el monitor biométrico sirve como terminal para que el paciente pueda comunicarse con el sistema. A tal efecto, los diseñadores de interacción han concebido una interfaz gestual especialmente diseñada para epilépticos: cuando se agarra con fuerza el dispositivo —posiblemente el único gesto que puede hacer en caso de ataque— se efectúa una llamada de emergencia; una ligera vibración significa un recordatorio de ingesta de medicamento; una pulsación hacia arriba o abajo suministra al sistema información del humor del paciente.
Una aplicación de móvil amplia las funcionalidades del monitor: el paciente puede llevar un diario digital que ofrezca datos más cualitativos al sistema, como su estado de ánimo. Además, la app reorienta al usuario tras los episodios de epilepsia, informándole sobre la duración y gravedad del ataque. De igual modo, cuando se produce un ataque epiléptico, Diagnose suministra instrucciones a aquellos testigos que puedan ayudar al paciente. Por último, la aplicación dispone de un historial de la enfermedad que el usuario puede consultar cuando quiera y aprender de experiencias pasadas.
Todos los datos analizados son enviados tanto al médico como a los familiares del enfermo. Accesibles a través de una aplicación web, Diagnose clasifica y cruza las métricas para profundizar en las causas que desencadenan los ataques. De su interpretación se desprenderán las decisiones que paciente y doctor tomarán para mejorar su calidad de vida.
Quisiera saber el precio y el servicio posventa. Si tienen distribución en sur América