La joven diseñadora rusa Ekaterina Vagurina ha diseñado la caja para cubertería Dobrobox y la mesita auxiliar Dobrostol, dos piezas en las que el estilo soviético, expresado a través de dos materiales contundentes como son el cemento y la madera, alterna con la simplicidad de formas y la ligereza del estilo escandinavo.
Dobrobox y Dobrostol, Ekaterina Vagurina, 2014.
Ekaterina Vagurina es una recién llegada al mundo del diseño. Nace en 1988 en una región del Noroeste de Rusia y realiza sus estudios en la Academia de Arte y Diseño de San Petersburgo. Esta joven artista ha viajado desde Asia a Europa en más de una ocasión para exponer alguna de sus obras. El proyecto que aquí mostramos fue expuesto en el Pabellón de Diseño Ruso del Salone Internazionale del Mobile celebrado en Milán durante el pasado mes de abril.
Dobrobox es una caja para cubertería producida en fibra de cemento. Está compuesta por una base con forma de cuenco rectangular en cuyo interior hay cuatro espacios huecos del tamaño de un cuchillo, un tenedor, una cuchara y una cucharilla. La tapa con la que se abre y se cierra es de madera y se desliza horizontalmente por la superficie. La tapa está, además, decorada por un contorno vacío que dibuja la forma de un spork («tenedor-cuclara» o «cuchador»). Sus dimensiones son de 32,4 x 29 x 7,5 centímetros.
En cuanto a Dobrostol, es una mesa auxiliar de cama o de sofá de 32 x 32,5 x 55 centímetros. Se relaciona con Dobrobox tanto por su funcionalidad, al ser un objeto fácilmente transportable, como por los materiales con los que está producida, fibra de cemento y madera, a los que se añaden las patas en aluminio pintado. Dispone de una ranura en el lado derecho en la que depositar utensilios, además de un hueco para colocar un vaso. En la parte inferior tiene una bandeja-cajón deslizable con el espacio suficiente como para guardar varios platos o un paquete de folios. La autora nos dice con humor que «esta bandeja supone un añadido ingenioso porque permite esconder los platos sucios si la pereza nos impide limpiarlos».
Vagurina entiende el diseño como un duro trabajo de la mente y el alma que expresa y proyecta la percepción individual del ser. En sus piezas encontramos tanto reminiscencias a la arquitectura soviética como un gusto evidente por el diseño y las formas escandinavas. «La simplicidad orgánica de los diseños escandinavos es tal que cobra sentido ante cualquier espectador», nos cuenta la diseñadora.
Producción de Dobrostol, Ekaterina Vagurina, 2014.
