Inspirada en el principio de eficiencia de los puentes, FuseProject diseña para Herman Miller la familia Sayl, un proyecto que replantea la estructura tradicional de la silla para mejorar su ergonomía y hacerla más ecológica y amigable.
Tras un proceso de concepción de tres años y la ejecución de más de 70 prototipos, Yves Béhar reexaminó la construcción del respaldo para eliminar, en lo posible, los bordes y elementos rígidos. Una estructura vertical en forma de ‘Y’ define el respaldo, carente de un cuadro rígido exterior, y ejerce de soporte para una malla tensada que se adapta ergonómicamente a la espalda y a los movimientos del usuario.
Creada en una única pieza de plástico moldeado, la malla del respaldo varía en su densidad para adaptarse a diferentes grados de tensión que la adecuan a la columna vertebral en las regiones lumbar, sacra y dorsal.
Prototipos de la silla Sayl, FuseProject, 2010.
Yves Béhar de FuseProject.
El proceso de reducción de los componentes empleados lleva implícita una ventaja medioambiental y económica que Yves Béhar, fundador del estudio, define como ‘eco-desmaterialización’. Además, en función del modelo, la silla puede ser reciclable hasta en un 93%, y está compuesta de material reciclado en un 21%. En su fabricación no se ha utilizado PVC, y la energía empleada ha sido 100% verde, procedente de aerogeneradores y de gas de vertederos.
Interesante propuesta, curiosa la estética. Me pregunto si el aspecto futurista es imprescindible o una elección del estudio…