Ahora también Beneai a partir de textiles de artistas de comunidades indígenas Shipibo-Conibo
Como muchos de estos maravillosos proyectos, fue un viaje iniciático a la selva amazónica el que abrió las puertas a un mundo material e inmaterial inconmensurable.
Hablamos de la diseñadora de indumentaria peruana Ani Alvarez Calderón y comunidades indígenas Shipibo-Conibo. Hablamos de su trabajo personal, pero sobre todo coral, junto a las artistas de pueblos de la Amazonia. Y ahora hablamos también de Arianne su hija, que se suma y con la que gritan y cantan, eso es lo que significa Beneai en lengua indígena, uniendo sus voces para ser escuchadas desde la belleza de estas piezas.
Es que tras graduarse Suma Cum Laude en la Escuela de Diseño de Rhode Islandy trabajar en Nueva York en el departamento creativo de Michael Kors, volvió a su Lima natal, desde donde el 2020, sus proyectos se centran en estos trabajos de co-creación. Mismo camino de su hija, egresada de Parsons de Nueva York.
La más reciente, El Cono, junto a la artista Neyra Pérez, que estuvo presente en la exhibición Amazonía Contemporánea organizada por la Colección Hochschild Correa quien trajo a Madrid la más extensa colección de arte contemporáneo de la Amazonia peruana al Museo Lázaro Galdiano. “Una línea que se centra en preservar el patrimonio cultural y la memoria colectiva de la comunidad Iskonawa, transformando el arte ancestral en arte ponible. Prendas que son más que un atuendo: son una celebración de la destreza y la herencia cultural de estas prácticas ancestrales”, adelanta sobre una colección que es una absoluta destreza en el manejo de la morfología y de los patrones a la que suma joyas de la Asociación Yapit.
“Es que creamos cada prenda meticulosamente, mostrando los vibrantes motivos y los intrincados detalles que definen el arte Kene e Iskonawa. Elaborados con tintes naturales procedentes de la abundante flora del Amazonas, cada tejido refleja el espíritu de la selva tropical y la sabiduría que encarna. Llevar un tejido Kene o Iskonawa es una invitación a conectar con la naturaleza, a honrar las historias tejidas en la tela y a apreciar el arte de las mujeres que han dedicado sus vidas a esta artesanía. Al elegir vestir estas piezas artesanales, no sólo se adopta una moda única y hermosa, sino que también se apoya la preservación de una práctica ancestral. Cada prenda contribuye a la sostenibilidad de la iniciativa Art Collective, garantizando que el legado del arte kene e iskonawa siga prosperando para las generaciones futuras”, detallan.
Volviendo a la colección El Cono, nos cuentan: “En el centro de la cultura iskonawa se encuentra la colina Cono, o Roe Biri, una pequeña montaña que se eleva majestuosa en la selva tropical. Este lugar sagrado encarna los orígenes del pueblo iskonawa. Aunque alejados físicamente de sus tierras ancestrales, los iskonawa siguen vinculados a este espacio sagrado, lo que a menudo se refleja en sus tejidos. Cada tejido sirve de homenaje a sus antepasados, una poderosa declaración de identidad cultural en medio de un mundo que cambia rápidamente”.
“Mientras que el kene, detallan, es el sistema de diseño de los Shipibo Conibo, en el que las líneas, los símbolos y la geometría comunican historias de curación y conexión con el mundo espiritual. Los shipibo conibo son conocidos por sus amplios conocimientos en plantas medicinales, donde la naturaleza se trata con respeto y se valora más allá de sus recursos. Desde pequeñas, las niñas aprenden a pintar y coser. Cuando son mujeres adultas se convierten en artistas. Tanto las madres como las hijas tienen la gran responsabilidad de continuar el legado del arte kene”, nos cuentan sobre los más maravilloso tejidos pintados a mano con tintes naturales, procedentes de plantas, cortezas de árboles e insectos de la selva amazónica. Algunos adornados con bordados”.
Por eso, su misión va más allá del acto inmediato de preservación. “Pretendemos inspirar a las generaciones más jóvenes para que abracen y continúen las enseñanzas de sus madres y abuelas. Al fomentar un entorno en el que se comparten conocimientos y habilidades, encendemos la pasión por el arte tradicional que puede resistir el paso del tiempo. Esta unión creativa ofrece una plataforma para la educación, la tutoría y la expresión artística, empoderando a las mujeres y reforzando su papel vital dentro de la comunidad.Al comprar estas piezas intemporales, no sólo está adquiriendo arte, sino que se está convirtiendo en parte de una historia que conecta el pasado, el presente y el futuro. Juntos, podemos honrar este rico patrimonio y garantizar que siga prosperando, inspirando a las generaciones venideras. Cada pieza cuenta una historia, haciéndose eco de los susurros de los ancestros y de la sabiduría de la naturaleza”, rematan.











