The Hippopotamus Sofa, del diseñador y artista español Máximo Riera, rinde homenaje a la majestuosidad del animal africano. Fabricado en poliuretano, la pieza de mobiliario reproduce fielmente cada uno de los detalles del mamífero, desde la rugosidad de su piel a los pliegues de su cuerpo.
The Hippopotamus Sofa, Máximo Riera, 2014.
El diseñador, de origen asturiano, ha ampliado su colección The Animal Chair con la incorporación de un sofá en forma de hipopótamo. The Hippopotamus Sofa se suma así a la fauna de animales presentes en el proyecto, compuesto por asientos inspirados en el escarabajo, el pulpo, el rinoceronte, la morsa, el sapo, la ballena y el elefante.
El conjunto, que pretende ser un homenaje a la naturaleza en general y al reino animal en particular, se presenta como una edición limitada en la que existen únicamente veinte piezas de cada mueble. Integrada por animales marinos y terrestres de diferentes clases —insectos, cefalópodos, anfibios y mamíferos—, la colección está inspirada en la particular belleza de cada uno de esos seres vivos.
El sofá dedicado al hipopótamo, considerado el quinto animal terrestre más grande del mundo, está fabricado a tamaño real, evitando cualquier sección o partición a lo largo de su anatomía. El cuerpo, en forma de barril, alberga el asiento en su costado derecho. No obstante, su morfología animal permanece intacta vista desde el lado contrario, ocultando así su papel como sillón.
Todas las piezas de la colección han sido fabricadas en poliuretano de alta densidad sobre una estructura metálica en la que descansa el peso del conjunto. La atención al detalle se hace evidente a través de la reproducción fidedigna de la piel y la presencia de pliegues en el pecho y el cuello.
Los bocetos, desarrollados a través de un software de 3D, han sido materializados gracias a una máquina de control numérico. Las distintas partes esculpidas han sido después unidas y pintadas a mano, obteniendo como resultado un alto nivel de detalle y una textura realista.
“La principal razón por la que elegí crear una silla es porque es un objeto cotidiano, algo que es percibido como común y banal en nuestras vidas. A la vez que examinaba la funcionalidad básica de la silla, quise insuflarle vida, con un toque actual y crear un vínculo más fuerte entre el espectador, la obra de arte y el entorno”, señala Riera en referencia a la colección.