Una diseñadora de superficies que también apuesta a la inteligencia artificial para crear sus colecciones
Hanna Inaiáh, es una diseñadora de moda con posgrado e investigaciones varias en diseño de estampados (Diseño de superficies o Surface Design) de Río de Janeiro, experimentando actualmente el nuevo universo de la Inteligencia Artificial (IA) a pesar de que sus comienzos fueron absolutamente artesanales.
“Elegí la moda porque siempre me interesó la costura y las manualidades. En la universidad ya creaba bolsos y los vendía. Siempre he dibujado y me apasiona el estampado, así hice mis piezas más exclusivas diseñando con los que yo misma creaba de manera absolutamente artesanal. Mi proceso para hacer que mis piezas fueran únicas y exclusivas consistía en aplicar encajes, botones, pasamanerías, abalorios, lentejuelas que yo misma cosía, además de pintura a mano sobre tela”.
Es así como la Inteligencia Artificial llega a su vida de un modo relativamente casual. “Recientemente mis seguidores plantearon el tema y me pidieron mi opinión sobre inteligencia artificial y me encontré a mí misma a cargo de dar una respuesta. Obviamente para eso necesitaba entender y probar la herramienta. Empecé a estudiarla y a aplicar mis conocimientos en moda y diseño para obtener los resultados que pueden verse hoy en mis redes sociales, sobre todo Instagram. Y debo confesar que estoy completamente encantada. Como creadora, comencé sin muchos recursos y nunca tuve una oportunidad en el mercado creativo brasileño, así que fundé mi propia empresa. Creo en el potencial de la inteligencia artificial para dar vida a ideas que antes sólo podían habitar en nuestra imaginación es maravilloso”, adelanta.
Frente a la consulta de si en un principio, como a muchos, le dió miedo o resultó una amenaza, Inaiáh es super clara: “La IA no crea por sí misma, ni es simple y rápida para obtener las imágenes que idealizamos. Esta herramienta piensa similar a nosotros a la hora de crear, accediendo a la información que está en la red de la misma forma que accedemos a la información de nuestro cerebro, y desde la red, seamos francos aquí, es decir creamos a partir de lo que vemos. Realmente hay que saber cómo hacerlo. Necesita comandos para crear, prompts, directivas, que sólo el individuo puede dar, por lo que el resultado que obtendrá cada uno estará limitado a su conocimiento”, señala.
Y continúa: “Realmente no veo a la IA como una amenaza. Para mí es una herramienta más como todas las que le precedieron y que no extinguieron otras formas de creación. Por ejemplo, Procreate no extinguió Photoshop y ésta tampoco eliminó el uso de papel y tinta. Las creaciones de IA imprimen la identidad de cada artista de una manera diferente, aunque algunos insisten en que no. Como siempre digo, no importa la tecnología que se utilice, el artista que busca y entiende su lenguaje se diferencia y destaca incluso en un mercado muy competitivo. También creo que siempre habrá sitio para los que prefieran medios de creación manuales analógicos. Y quizás cuanto más avanza y gana espacio la tecnología y menos profesionales manuales encontramos, más se valoran las técnicas ancestrales de creación y no al revés”, remata.