Una oda la elegancia
Cuando te topas con piezas como Infinitum, te preguntas por qué los instrumentos musicales no son un tema recurrente en la prensa especializada. Obra del diseñador y lutier neocelandés Glenn Maxwell, esta exquisita guitarra electroacústica es una oda la elegancia. Todo, absolutamente todo, confabula para ofrecer a sus usuarios una experiencia táctil, sonora y visualmente superlativa. ¿El detalle? Su nombre, Infinitum (infinito) responde a las líneas de su cuerpo que sutilmente insinúan el símbolo de infinito. Genial.