Jellyfish Barge es el desafío del diseño italiano al cambio climático. Pnat —compuesto por Studiomobile junto a investigadores de la Universidad de Florencia— crea un autómata capaz de realizar cosechas ecológicas. Una barca flotante que integra un sistema de destilación de agua natural puesto al servicio de un sistema hidropónico de cultivo. Jellyfish Barge es un producto flexible, adaptable a necesidades diversas: desde la cosecha familiar al surgir de una isla utopía, comunidad de sol y agua.
Vista. Jellyfish Barge, Pnat, Studiomobile, Universidad de Florencia, 2014. @Matteo de Mayda.
El Banco Mundial predice un incremento de tres billones de habitantes para el año 2050 y un aumento de entre un 60% y 70% en la demanda de comida. ¿Cómo producir la comida que necesitamos? ¿Dónde encontrar tierras fértiles para el cultivo? ¿De dónde coger agua fresca? ¿Cómo resistir al cambio climático? Un equipo multidisciplinar de arquitectos y botánicos dan una respuesta revolucionaria a estas preguntas: Jellyfish Barge.
Se trata de un invernadero flotante destinado a la agricultura, capaz de producir comida sin usar campos de cultivo, agua fresca o energía. El proyecto es obra de Pnat, coordinado por el director del Laboratorio Internacional de Neurobiología de Plantas, Stefano Mancuso; las investigadoras Camilla Pandolfi, Elisa Azzarello y Elisa Masi; y por los arquitectos Antonio Girardi y Cristiana Favretto, fundadores de Studiomobile.
El prototipo, realizado por la Universidad de Florencia y financiado por la Caja de Ahorros de Florencia, se encuentra en el canal Navicelli, entre las ciudades italianas de Pisa y Livorno.
Para ahondar en su línea ecológica, Jellyfish Barge se concibe como una estructura que emplee construcciones tecnológicas simples así como materiales reciclados y de bajo consumo. La estructura flotante se alza sobre una base octagonal de madera de 70 metros cuadrados que a su vez se apoya en 96 bidones de plástico reciclado.
Siete destiladores solares acoplados a la estructura pueden llegar a producir hasta 150 litros por día de agua fresca, libre de sales o contaminación, gracias a un sistema de destilación natural diseñado por el científico ambiental Paolo Franceschetti.
Así como en el mar, la energía solar evapora el agua que luego cae convertida en lluvia, los paneles fotovoltaicos y las bombas de aire, integrados en la estructura, realizan el mismo proceso a pequeña escala.
La cosecha se obtiene a través de un sistema hidropónico de cultivo, que gracias a la reutilización del agua gasta un 70% menos de agua que los sistemas tradicionales. Todo el engranaje es monitorizado automáticamente.
Pnat es el primer think tank del diseño italiano que se propone ofrecer soluciones creativas y tecnológicas a un posible desastre medioambiental. Esta barcaza se idea para comunidades que sufren escasez de agua y recursos. Y como las estrategias para proveer comida y agua en cada comunidad varían según factores económicos, sociales y culturales, Jellyfish Barge se concibe como un producto flexible, adaptable a necesidades diversas: desde la cosecha familiar al surgir de una isla utopía, comunidad de agua.