Diseño para ampliar la zona de comercio
La pajita para la granadilla es un producto desarrollado por Joan Rojesky Studio para la empresa colombiana Ocati. Con este objeto, la comercializadora de frutas ha logrado ampliar la zona de comercio de su apreciada y sabrosa fruta autóctona, adaptando y facilitando su consumo al mercado internacional.
A principios de 2015, el estudio de diseño de Castellón Joan Rojesky Studio recibió el encargo por parte de la empresa colombiana Ocati de idear y desarrollar un objeto con el que poder tomar una de sus frutas, la más sabrosa pero quizá menos atractiva: la granadilla. La solución fue la creación de una pajita, o pitillo como se llama en Colombia, que puede insertarse fácilmente en su piel para succionar su interior de manera rápida y sencilla.
Ocati y la granadilla
Ocati es una empresa comercializadora de frutas, con sede en Bogotá y puntos de distribución en varias ciudades cercanas a la capital colombiana. Se dedica a la exportación de frutas tropicales, y su filosofía de negocio está basada en la venta de productos de elevada calidad, siguiendo una política de apoyo a las diferentes comunidades locales y preocupándose a su vez por el medioambiente.
Por ello, el objetivo de este proyecto se centra en conseguir aumentar la comercialización de la granadilla mejorando su modo de consumo. Su exterior es suave y redondo; en cambio, su interior es gelatinoso y grisáceo y contrasta con las frutas que habitualmente se comen en Europa. Este aspecto es capaz de despertar el sentido de repulsa en el consumidor más atrevido, lo que pone de manifiesto como, en general, el ser humano come más por la vista que por el gusto.
Briefing
Para el diseño de la pajita, sus creativos tomaron como referencia la forma orgánica que define la hoja de la Passiflora ligularis, teniendo en cuenta a su vez que el objeto debía ser atractivo por sí solo y durante su uso. Por este motivo era importante establecer un vínculo cromático y formal con la auténtica granadilla.
Asimismo, la pajita debía responder a una serie de requisitos previamente impuestos por el cliente y por el equipo creativo, tales como la garantía de usabilidad e interacción del usuario con el objeto, además de su fácil inserción en el fruto de manera que no produjesen grietas en la cáscara. El perfil de la pajita también tenía que facilitar el óptimo aprovechamiento del jugo de la granadilla e incitar a crear el movimiento necesario para romper el saco interior que alberga la gelatina. Por último, la pajita debía asegurar una succión plena y segura, evitando el posible atragantamiento del usuario con las semillas, a pesar de ser estas comestibles.
Las bondades del ABS
Para la producción de este sencillo y alegre diseño tan solo hace falta un molde en el que inyectar un ABS (acrilonitrilo butadieno estireno). Se trata de una materia prima idónea para fabricar objetos en contacto directo con productos alimenticios, ya que no permite que los ácidos del jugo repercutan en la vida útil del pitillo.
Con esta pajita se ha dado origen a una nueva manera de comer y apreciar el rico sabor característico de la granadilla, sin necesidad de ver su interior. La piel es su particular envoltorio, un packaging natural que permite degustar esta fruta de una manera sencilla, divertida y limpia. Un sabor que, según quien la ha probado, resulta adictivo.
A finales de 2015, la pajita fue introducida en el mercado europeo de la mano de una campaña de comercio de la granadilla. Se aprovechó dicho evento para presentar y promocionar este fruto, que hoy en día mantiene unos niveles óptimos de exportación.
NOTA: Joan Rojesky Studio propone una nueva forma de comer la granadilla, es un artículo escrito por la Dra. Pilar Mellado publicado en el número 74 de Experimenta. Puedes conseguir este número y muchos más en nuestra tienda online