Join the Pipe o cómo sobrevivir al plástico es el título de uno de los artículos que componen el último número de Experimenta dedicado al diseño social holandés. Este monográfico de 150 páginas realizado en colaboración con la Embajada del Reino de los Países Bajos en España pretende analizar y difundir el trabajo de una generación de creativos que, a través del diseño, ofrecen respuestas inmediatas a problemas tan críticos como la escasez de agua o la contaminación medioambiental. A continuación ofrecemos un pequeño adelanto del artículo y te recordamos que puedes conseguir la revista a través de nuestra tienda online y en puntos de venta autorizados.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
Para fabricar una garrafa de cinco litros de agua se involucran directa o indirectamente hasta 3,5 litros de agua y si este envase no se recicla debidamente vagará por ríos y cunetas entre 100 y 700 años hasta desaparecer por completo. En este largo e invisible proceso de degradación se liberan al medioambiente sustancias tóxicas como antimonio o formaldehído. Es aquí donde reside la verdadera tragedia, porque no solo se trata de la cantidad de agua empleada en la producción de millones de botellas cada día, sino del envenenamiento sistemático del planeta en el proceso de descomposición.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
Todo el plástico producido desde su invención en 1909 está aun entre nosotros, atascado en un desagüe, camuflado en la arena de la playa, flotando en atolones gigantes en medio del océano o, peor aún, acumulándose lenta y para siempre en algún rincón de nuestro organismo. Solo en 2010 se vertieron a los océanos ocho millones de toneladas de plástico desde 192 países con salida al mar y se espera que para el año 2025 esta cifra se duplique. De los 80.000 tipos de plástico registrados, uno de los más conocidos es el destinado a la fabricación de botellas de agua, el tereftalato de polietileno o PET. Esta variedad, creada por J. R. Whinfield y J. T. Dickson en 1941, posee cualidades positivas para el negocio del agua embotellada pero esconde otras muy negativas para la salud.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
En países como Holanda, sin ningún tipo de problemas de escasez de agua ni infraestructura, cada día se tiran en los vertederos medio millón de botellas. Y aunque la sociedad va adoptando poco a poco el habito de reciclar, en el caso puntual del PET, el remedio se antoja peor que la cura.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
La exposición prolongada a la luz solar, a temperaturas elevadas o simplemente al mero paso del tiempo, provoca en el PET la liberación de sustancias tóxicas como ftalatos, antimonio, formaldehído y acetaldehído que contaminan tanto su contenido como el medioambiente. Por esta razón, fabricar PET a partir de PET reciclado no parece una muy buena idea. Si este material es tan peligroso, ¿por qué seguimos usándolo? La respuesta está a mitad de camino entre la avaricia de algunos y la dejadez de otros.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
De la consternación que producen datos como estos nace Join the Pipe, una organización internacional fundada por Gerardo Vallen y Lorenzo de Rita que promueve el consumo de agua de grifo, advierte de los problemas que acarrea a corto y largo plazo el agua embotellada y, gracias a donaciones y a la comercialización de sus productos, proporciona a poblaciones de diferentes lugares del planeta un suministro continuo y seguro de agua potable.
Experimenta 69: diseño social para un mundo mejor, 2015.
Este texto es un fragmento de “Join the Pipe o cómo sobrevivir al plástico”, publicado en Experimenta 69. Si deseas leer el texto íntegro puedes conseguir la revista a través de nuestra tienda online y en puntos de venta autorizados.