La lámpara Sponge, del diseñador murciano Miguel Ángel García Belmonte, es una esfera de arcilla moldeada a mano —sobre la que se aplica resina de poliéster Maat— por cuyos orificios se cuela la luz. La pieza puede usarse también para exteriores y existen dos versiones: de techo y de suelo.
Sponge, Miguel Ángel García Belmonte, 2011.
Sponge, Miguel Ángel García Belmonte, 2011.
Esta lámpara es un producto de la experimentación material y la casualidad, más que de un proceso de diseño habitual: “Hemos estado investigando con el barro y la arcilla —nos comenta el diseñador— gracias a un amigo que tiene una alfarería. Para que la cerámica soportara la gran cantidad de perforaciones encargadas de filtrar la luz, al principio se hicieron numerosas pruebas en plano, y, una vez conseguido el resultado, se le da forma esférica.
Se trata de una lámpara que “no deslumbra. No entiende de corpúsculos ni de lúmenes; —continua García Belmonte— es una luz porosa, cálida al tacto. Una luz que nace del barro”. Actualmente, se está ampliando la colección con apliques para la pared y otros productos de iluminación, así como con objetos diversos como botijos.
Sponge, Miguel Ángel García Belmonte, 2011.
El proceso completamente artesanal conlleva que no existan dos piezas iguales y que sus medidas sean orientativas. Así, de la versión en suspensión hay varios tamaños que van desde los 21 a los 40 centímetros de diámetro, y de 24 a 31 cm de alto. La lámpara de suelo está disponible desde los 23 cm de diámetro y 24 de alto, y puede alcanzar los 80 de diámetro y 70 de alto. Los diferentes colores se consiguen mediante la aplicación de pasta roja tradicional, pasta negra de manganese, terracota clara y otras combinaciones.
