La esponja vegetal como material constructivo
En el interesante camino que están haciendo muchos diseñadores del mundo por volver a sus raíces, a su identidad, y que esta sea además una excusa de hablar de su cultura y territorio, el diseñador palestino afincado en París, Samer Selba, nos acerca un material muy especial: la planta de las culturas árabes Luffa, conocida internacionalmente como esponja vegetal.
Licenciado en Artes Decorativas por la École des Arts Décoratifs, siempre trabaja inspirándose en sus raíces y el uso que hace de los materiales naturales en una apuesta por generar además conciencia por el cuidado del planeta.
“Luffa (o lufa) es un material natural muy versátil, altamente absorbente, ligero y texturizado. Se expande y crece mucho en tamaño cuando se introduce en el agua y, cuando está seco, puede comprimirse en láminas muy delgadas.
Fue muy difícil en las primeras etapas de la investigación del material lograr resultados que fueran satisfactorios para los estándares de diseño. Con mayor investigación, ensayo y error, logré desprenderme de mi familiaridad con este material como esponja de baño, y sólo entonces comencé a experimentar fuera de estos límites de mi pensamiento. Luego teñirla
con tintes naturales que extraigo de diferentes plantas, inspirándome en los métodos tradicionales de teñido palestinos, me permitió verla de otra manera y me brindó una nueva visión de este material. Recién entonces comencé a utilizarla para lámparas y paneles, dándole un nuevo uso y valorizándola en objetos preciosos”, nos cuenta Selbak, del que conocidos su trabajo en la pasada semana del diseño holandés.
Así a través del Luffa Project da vida a dos luminarias -la colgante Saffeer y Nafaq- y el separador de ambientes Reef.
“El uso de la Luffa como material para un objeto lumínico crea una profunda interacción entre luz y sombra, colores y formas, que se asemeja a la belleza de los corales. Un estado liminal entre la planta y el mineral, entre una criatura viva y un objeto”, cuenta sobre un material que tiñe además con tintes naturales.
Mientras que Reef es un separador de espacios que actúa a la vez como objeto funcional y como pieza escultórica. “Está fabricado con fibras de luffa teñidas, cuidadosamente tratadas y cosidas en forma trapezoidal para crear un patrón cuando se ensamblan. Las fibras vegetales son duraderas y biodegradables, y dejan pasar el aire y la luz sin dejar de funcionar como separador. La estructura está sostenida por dos barras de acero”, detalla.