Buen diseño chipriota
La nostalgia puede convertirse en un estado patológico cuando inmoviliza a las personas dejándolas estancadas en el pasado, pero cuando logra fusionar memoria y afecto, se convierte en el eslabón que enlaza pasado y futuro, favoreciendo la consolidación de la identidad personal. La nostalgia juega un papel muy determinante, sobre todo en la etapa denominada “joven adulto”. Nuestro anhelo por regresar a experimentar ese aprecio de la vida pasada, potencia la expectativa de disfrutar el futuro.
Y ¿por qué nos hemos puesto a hablar de nostalgia? Porque el mobiliario y objetos del diseñador chipriota Stelios Mousarris son nostalgia pura. Y con un toque de humor. Ese humor que nace del incompatible apareamiento de ideas, situaciones o elementos sin relación aparente. Según el psicólogo canadiense Rod A. Martin, cuando el cerebro descubre una relación o un vínculo incongruente y logra “resolver” el acertijo, nos premia segregando ciertas hormonas que producen una emoción placentera. La manifestación externa a esta emoción es la sonrisa o la risa. Y en este sentido podemos decir que Mousarris es un humorista. Nos envía mensajes a través de sus diseños, y en el momento que descubrimos la “incongruencia” no podemos evitar esbozar una sonrisa.
«Facilitar la risa de alguien equivale a incrementar directamente la calidad de su vida” sostiene Raymond Moody, médico psiquiatra y filósofo. Y de qué se trata el diseño sino de mejorar la calidad de vida de las personas.
Rocket Table, The Doodle Desk, Willy Oak… firma Mousarris
Los Rocket Table con bases en forma de cohetes que forman nubes redondas en su despegue, The Doodle Desk, un caprichoso escritorio que parece dibujado en el aire, Willy Oak del quien sólo conocemos la parte inferior de su dorado cuerpo y unas manos que sostienen una tabla de roble, la serie de mesas y lámparas City que presentan una sucesión de rascacielos meticulosamente tallados y ordenados con aires dramáticos de escenografía cinematográfica, o Squishies Table una mesa transparente repleta de mullidos muñecos en su interior que empañan el vidrio con su aliento, nacen de la memoria nostálgica de Stelios Mousarris y de sus ansias de recuperar en la vida de adulto la sensación despreocupada de la infancia “cuando solía jugar durante horas y horas sin ninguna preocupación en el mundo.”
Además de su imaginación y humor, cabe decir que este diseñador tampoco se pone límites a la hora de combinar materiales y procesos, fusionando maderas nobles curvadas o talladas a mano, impresión 3D, vaciado de resina, vidrio, acero o mármol.