«La preferencia por los tocadiscos y los vinilos está aumentando porque el efecto emocional es mayor que el práctico».
Inspirado en el paisaje arquitectónico de los nuevos barrios trendies de Seúl, el joven diseñador industrial coreano, Keonwoo Lee, ha proyectado un atractivo y atípico sistema de sonido que no deja indiferente a nadie. Compuesto de tocadiscos y altavoz, Old Future como ha sido bautizado, busca ofrecer a sus usuarios una experiencia de sonido superior y hacerse, a través de una estética potente y arriesgada, con un lugar de privilegio en las salas de estar.
Keonwoo Lee toma y utiliza con acierto algunas de las líneas más distintivas de las edificaciones clásicas de la década de 1970 de la capital coreana, como los patrones rectangulares, las formas geométricas simples, los volados pronunciados o el generoso uso del ladrillo visto, para construir una propuesta solida, estética y conceptualmente.
La inclinación de la bandeja y el sobre del altavoz para conseguir un «techo a dos aguas», sin duda contribuye con la dinámica general del proyecto. ¿El detalle? La cubierta tornasolada con transparencias aporta al conjunto un cierto toque de sofisticación que rompe con su carácter cuasibrutalista. «En Corea del Sur, el número de vinilos vendidos aumentó de 280.000 en 2016 a 510.000 en 2018, lo que es similar a la tendencia mundial. La preferencia por los tocadiscos y los vinilos está aumentando porque el efecto emocional es mayor que el práctico», asegura Keonwoo Lee.
La propuesta de Keonwoo Lee es otro buen ejemplo del correcto análisis, reflexión y ejecución de una idea, y por sobre todo, del notable entendimiento de las siempre complejas mareas de los gustos y tendencias de las nuevas generaciones.