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POLifonía, el diseño polaco llega a Madrid

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Con motivo de la presidencia polaca de la UE, el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha presentado POLifonía, una exposición que acoge una muestra representativa de los últimos 20 años de diseño en Polonia. La exhibición, comisariada por Czesława Frejlich, Magdalena Kochanowska y Michał Stefanowski, estará abierta al público hasta el 23 de octubre.

 

Pills, Agnieszka Czop & Joanna Rusin, 2004.


Hoy en día, Polonia dista mucho de ser una gran potencia en el mundo del diseño. Sin embargo, pese a que su actividad no puede compararse a la de países como Reino Unido o los Países Bajos, su importancia ha ido creciendo desde la caída del telón de acero. El Círculo de Bellas Artes de Madrid ha querido dar voz a un mundo emergente en el que el diseño comercial se alterna con los proyectos experimentales.

Grupo, Agnieszka Bar, 2008.

Taron, Katarzyna Hałas, 2001.

Una vez, el diseñador Wally Olins definió la cultura polaca como una nación de contrastes paradójicos (cruce de caminos entre Occidente y Oriente, pasionales pero pragmáticos) que obligaba a la sociedad a luchar. Algunos de los objetos presentados procuran incidir directamente en estas especificidades: urnas funerarias que denuncian el superpoblamiento de sepulcros en los camposantos polacos, vidrios creados con probetas de laboratorio recicladas, alfombras de fieltro agujereadas que se inspiran en el juego de mesa “Conecta 4”, sillas cuyo respaldo dibujan la forma de una coma o lámparas con pantallas hinchables para ahorrar costes de producción y transporte.

Comma, Renata Kalarus, Noti, 2007.

Second Life View, Agata Kulik-Pomorska & Paweł Pomoski, Malafor, 2009.

Kiwi, Renata Kalarus, Iker, 2000.

Blow extreme, Agata Kulik-Pomorska & Paweł Pomoski, Malafor, 2011.

Stump, Agata Kulik-Pomorska & Paweł Pomoski, Malafor, 2005.

La muestra se vertebra en torno a cinco secciones diferentes: textiles, cerámicas, vidrios, muebles y lámparas. En todas ellas los objetos, en su mayoría piezas únicas, han sido organizados en dúos que confrontan a los diseñadores jóvenes con los creadores de generaciones anteriores. El objetivo ha sido trazar paralelismos entre el diseño de ayer y de hoy, pero también revelar cómo en ocasiones los papeles se intercambian y son los diseñadores más veteranos aquellos que apuestan por lo experimental.

 

Mezcla de caviar y toppings, Bogdan Kosak, Modelarnia Ceramiczna, 2002.

Midas Touch, Marek Cecuła, Modus Design, 2005.

Cosas-guijarro, Bogdan Kosak, Modelarnia Ceramiczna, 1996.

Kum-kum, Marek Cecuła, Modus Design, 2001.

Modus 1 y 2, Bogdan Kosak, Modelarnia Ceramiczna, 2004.

Pese a que Polonia es el cuarto exportador de muebles en el mundo, su actividad creativa siempre ha permanecido en la sombra. La ausencia de una industria consolidada ha obligado a los jóvenes a acercarse a propuestas menos comerciales y más artísticas. No obstante, sus diseños no pecan de extravagantes, sino que buscan aferrarse a lo práctico: Magdalena Kochanowska, una de las comisarias de la exposición y editora de la revista polaca 2+3D, recuerda cómo la crudeza del periodo soviético obligaba a la población a fabricar sus propios muebles. La improvisación, la sencillez y el pragmatismo, más allá de un método de superviviencia, se han convertido en una marca del diseño polaco.

Sky, Agnieszka Czop & Joanna Rusin, 2005.

Z XXIIIA, Krystyna Górska, 2008.

3D, Agnieszka Czop & Joanna Rusin, 2006.

Orca, Anna Siedlecka & Rachel Achramowicz, Buff-Puff Design, 2007.

Tripod, Tomas Rudkiewicz, NC.ART, 2010.
 

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