Perfectamente imperfecta
El diseñador industrial británico Maxwell Ashford es el responsable Quercus, una interesante luminaria que más allá de su vuelo estético y funcionalidad, se presenta como un verdadero ejercicio de creatividad y compromiso social.
Se trata de una singular lámpara de escritorio producida con materiales reciclados —y reciclables— o de muy bajo impacto medioambiental. De una base de madera curvada con vapor, se desprende una pantalla translúcida que no es otra cosa que la mitad superior de una botella de vidrio, con corcho incluido.
Uno de los objetivos de Ashford con Quercus, que ha sido diseñada para GreebLab, es ofrecer a sus usuarios la posibilidad de un mantenimiento a largo plazo. Dejando de lado la base, que precisa de un conocimiento y destreza especial para duplicarla, el resto de los componentes son relativamente fáciles de reproducir e instalar.
«Más allá de su función principal, Quercus contribuye directamente con la sostenibilidad de los bosques británicos. La base está hecha de arboles caídos de forma natural y las piezas están pretratadas allí mismo, nada se desperdicia, todo vuelve a la Tierra», comenta Ashford.