El próximo día 15 de febrero se anunciarán los ganadores
Toca Madera, el certamen de diseño organizado por AHEC y AIDI para dar a conocer el talento de los jóvenes diseñadores de España, llega a su fin. Tras una preselección de 40 diseñadores menores de 35 años a principios de 2019 y una primera selección de 12 candidatos en septiembre, un jurado compuesto por personalidades del diseño ha seleccionado los ocho trabajos finalistas que actualmente pueden verse en una atractiva muestra en la sala de exposiciones del Centro Cultural Fernán Gómez (Plaza de Colón Madrid, hasta el 1 de marzo). El próximo día 15 de febrero conoceremos los ganadores en una ceremonia que se llevará a cabo en el COAM (de 12:45 a 14:30 horas). A continuación repasamos los proyectos finalistas:
Dew, de María Mandaryna
La arquitecta y diseñadora María Mandaryna es la responsable de Dew, un sistema de accesorios de pared compuesto de balda, espejo, perchero, luminarias y cuenco. Destaca por sus líneas orgánicas, los sistemas de anclaje y su gran versatilidad (funciona de forma conjunta o por separado). «Dew es un sistema orientado a la conquista de las paredes. Se adapta a la configuración de cada nuevo hogar para evitar el desperdicio consumista derivado del constante flujo migratorio que define la forma de vivir de esta generación», comenta María Mandaryna.
Bailarinas, de Sergio Rodríguez Casado
Bailarinas es una mesa consola diseñada para recibidores y/o espacios reducidos de transito, creada por Sergio Rodríguez Casado. El proyecto, que contó con la tutoría de Izaskun Chinchilla, destacada por la incorporación de una familia de peonzas que le confiere a la propuesta un carácter lúdico distintivo y elegante. «Sobre ella podremos dejar las cosas que utilizamos a diario e interactuar con las ‘bailarinas’ creando juegos y rituales», comenta Sergio Rodríguez Casado sobre su trabajo.
From Cradle to Cradle, de Celia Martínez Otaduy, Daniel Romero Pérez y María Ruiz de Elvira Nadal
From Cradle to Cradle es una cuna para bebes que ofrece la posibilidad de mutar para ir cubriendo diferentes necesidades a lo largo del tiempo de los más pequeños y su entorno familiar. Primero como cuco con canastilla removible para niños de hasta seis meses, después como cuna con guardas para niños de hasta dos años, y finalmente como un juego de sillas. «Cogimos un objeto tan emocional como la cuna y tratamos de pensar como ésta podría ser infinita, desde los primeros bocetos y maquetas hasta el concepto final. Aunque el concepto lo teníamos claro, la forma de nuestro objeto cambió durante el proceso, cuando tras las mentorías se nos propuso un nuevo reto: romper con la cuna de barrotes tradicional y repensarla desde 0 para el siglo XXI», confiesan los responsables del proyecto.
Rojo Furoshiki, de María Risueño Domínguez
Rojo Furoshiki es un proyecto ideado por la arquitecta María Risueño Domínguez que explora las posibilidades de la madera como material textil. «Rojo Furoshiki combina los conceptos de: Furoshiki, técnica japonesa basada en ‘el arte de envolver’ a través del textil, y Rojo, convertir el roble rojo en un textil. El reto era generar un sistema textil flexible y versátil a través de esta madera frondosa, aplicable a múltiples escalas y con un posible crecimiento infinito», confiesa María Risueño Domínguez.
Cooplay, de Irena Ventsislávova
Cooplay es un juego para niños compuesto por seis mesas modulares, que representan a su vez, seis mundos figurativos. El proyecto, ideado por Irena Ventsislávova, promueve la interacción y se presenta como una herramienta para padres y educadores adaptable a cualquier espacio, capaz de generar situaciones de juego libre, creativo y experimental.
Reinterpretar lo Infinito, de Jaume Molina López
En Reinterpretar lo Infinito, Jaume Molina López ha apostado por la reinterpretación de clásico, las sillas de enea. «Se ha elegido esta silla porque refleja el concepto del objeto infinito y las cualidades que se le atribuyen, reinterpretándola, adaptándola a los contextos social, cultural y estético actuales y tratando de unir los procesos de fabricación clásicos con el uso de maquinaria moderna, con el fin de que pueda convertirse en objeto de nuevos recuerdos para su usuario», confiesa Jaume Molina López sobre su creación.
San, de Fernando Hernández Castellón
San es una colección de objetos para la conservación y transformación manual de especias y granos de café, formada por una caja con dos compartimentos, un mortero y una balanza. La colección, creada por Fernando Hernández Castellón, destaca por su carácter artesanal y el acertado uso de los metales.
Barlovento, Andres Mariño Maza
Barlovento es un taburete inspirado en la fabricación artesanal de barcos, concretamente en sus depuradas técnicas para curvar madera. Esta notable pieza de mobiliario, diseñada por Andres Mariño Maza, permite diferentes configuraciones de asiento y material textil, altura total y altura de reposapiés. Además, los asientos pueden ir trenzados en cuerda natural o con tapa MDF tapizada.
Mi voto es para barlovento. Rojo furoshiki también me valdría.