SkyCruiser despega como un helicóptero, vuela como un avión y se conduce como un coche. Diseñado por la empresa americana Krossblade, este pequeño vehículo todoterreno modifica su apariencia en función de las necesidades del medio por el que viaja. Y lo hace teniendo en cuenta los complejos requerimientos de ingeniería que precisa cada modalidad, desde la configuración aerodinámica hasta propulsión de los motores.
SkyCruiser, Krossblade, 2014.
Krossblade es una start-up estadounidense que surge en Arizona con el objetivo de democratizar el uso de vehículos aéreos en todo el mundo. Integrada por un joven equipo de ingenieros, diseñadores, economistas y físicos, la pequeña empresa nace bajo el ala de HeatSync Labs, un centro de investigación abierto a la comunidad que se dedica a poner en contacto los mundos de la tecnología y el arte digital. Es en este espacio donde sus cinco integrantes comienzan a interrogarse sobre las posibilidades de un transporte aéreo más rápido, más eficiente y sobre todo, más personal.
"Una porción significativa de los viajes aéreos cubre distancias de hasta 1.600 kilómetros, incluyendo trayectos como San Francisco–Los Ángeles, Londres–París o Pekín–Shangai", afirma la compañia. "Debido a la naturaleza de la aviación comercial estos trayectos tardan más tiempo del que deberían. Los pasajeros tienen que viajar hasta el aeropuerto, andar hasta la puerta de embarque, facturar su equipaje, cruzar los controles de seguridad y despegar. El tiempo de vuelo de un avión comercial de Los Ángeles a San Francisco es de 45 minutos. Sin embargo, el tiempo de viaje total entre los dos puntos puede alargarse hasta tres o cuatro horas."
Ahorro de tiempo con SkyCruiser, Krossblade, 2014.
SkyCruiser surge como respuesta a este problema. El proyecto se concibe como un vehíchulo híbrido que se transforma en helicóptero, avión o coche según las necesidades de su usuario. SkyCruiser plantea la posibilidad de efectuar viajes utilizando un único vehículo, reduciendo el tiempo perdido en el cambio de transporte. "El viaje de Los Ángeles a San Francisco ocuparía solo una hora y diez minutos", señala Krossblade.
SkyCruiser, Krossblade, 2014.
SkyCruiser, Krossblade, 2014.
El vehículo, de 8,4 metros de largo y 1,3 metros de alto, puede despegar y aterrizar verticalmente gracias a sus cuatro hélices impulsadas por motores eléctricos de 320 caballos. En la cola, un motor también eléctrico propulsa el vehículo, permitiéndole maniobrar con facilidad tanto en horizontal como en vertical. La combinación de los dos motores y el reducido peso del vehículo —apenas 1.055 kilógramos— proporcionan a SkyCruiser una autonomía de vuelo de hasta 1.600 kilómetros.
Modo avión, SkyCruiser, Krossblade, 2014. Modo coche, Krossblade, 2014. Modo helicóptero, Krossblade, 2014.
Una de las mayores dificultades a las que se ha enfrentado el equipo americano ha sido la de conjuntar tres modos de locomoción distintos en un mismo vehículo. Por ejemplo, las hélices de los helicópteros suponen un serio obstáculo a las lineas aerodinámicas de los aviones. Para resolver este conflicto, Krossblade ha desarrollado un mecanismo por el cual las hélices se recogen dentro del chasis cuando el vehículo necesita volar en modo crucero, alcanzando una velocidad máxima de 505 kilómetros.
SkyCruiser, puede utilizarse también como vehículo terrestre. En esta modalidad las alas, hélices y alerones se repliegan dentro del chasis para configurar una estructura más similar a la de un coche. Además, cuenta con un motor eléctrico de 150 caballos que le permite alcanzar los 112 kilómetros por hora en carretera y pasar de 0 a 100 kilometros por hora en apenas siete segundos.
Skyprowler, Krossblade, 2014.
El vehículo dispone de una capacidad máxima de cinco personas y dispone de un maletero para transportar objetos suplementarios. Se espera que SkyCruiser salga al mercado en 2018 con un precio estimado de 300.000 dólares. Mientras tanto, Krossblade está experimentando las capacidades del avión con SkyProwler, un dron en miniatura del vehículo.
Skyprowler, Krossblade, 2014.
Skyprowler, Krossblade, 2014.