Relax y pausa
Parantez (paréntesis en turco) es un programa de asientos diseñados por el valenciano Carlos Tíscar para la empresa turca de mobiliario Bürosit. Sus sinuosas formas invitan al relax y la pausa, quizá por esa semejanza con la figura gráfica del paréntesis que le ha servido al diseñador de inspiración para crear estos originales sillones.
Tal y como lo define Carlos Tíscar, diseñador valenciano y creador de este programa de asientos, Parantez es, ante todo, un sofá de privacidad sin las típicas formas rectas de respaldo y laterales. Una pieza que te aísla acústica y visualmente del entorno en cuanto te sientas. De ahí su semejanza con el paréntesis, una forma gráfica que representa la pausa.
El proceso creativo
“Llevo observando la evolución de este tipo de sillones en el mercado desde hace mucho tiempo, y hay poca diversidad formal en su aspecto”, afirma Tíscar. El diseñador asegura que no hubo ni tan siquiera un briefing inicial para empezar a trabajar. Tan solo esa observación de la realidad. “Mi idea principal era romper la tónica de los laterales rectos y paralelos”. El proceso creativo y conceptual fue rápido y fluido: “Empecé con la ideal del paréntesis, un elemento tipográfico que en publicidad se ha usado muchas veces como símbolo de pausa o aislamiento, y poco a poco fui encontrando la manera de dar cuerpo tridimensional a esa forma gráfica”. Además de ser un mueble expresivo alejado de los estándares habituales, Parantez es cómodo y funcional, y está construido con materiales básicos, resistentes y duraderos.
Un sofá pensando fundamentalmente para espacios públicos
Diseñado para la empresa de mobiliario turca Bürosit, Parantez está pensando fundamentalmente para espacios públicos, de ahí la importancia de la privacidad. “La dificultad fue dar con una forma de construir el conjunto respetando el diseño pero con una construcción suficientemente sólida para el tipo de ubicación y uso al que está dirigido”, comenta Tíscar. Para ello, la empresa trabajó con la idea inicial del diseñador de unir tableros de madera contrachapada, aligerados con grandes taladros circulares para quitar peso, con unas pequeñas pletinas metálicas dobladas con el ángulo adecuado. De esta forma se consiguió dar rigidez y fortaleza al conjunto, permitiendo que los tapiceros pudieran lograr la forma de unión de los distintos almohadones para que parezca que están unidos solo por los vértices.
Distintos grados de privacidad
La forma de la carcasa es quizá el aspecto más novedoso de Parantez, y resuelve esa necesidad de privacidad en determinados espacios públicos como pueden ser unas oficinas. “Colocando un sillón enfrente de otro se consigue una sala de reuniones cómoda y bonita, donde hablar con la suficiente privacidad, en un entorno que es casi como un nido”. Además, al ofrecer también la opción del respaldo bajo, se abre la posibilidad de resolver distintos grados de privacidad sin tener que recurrir a modelos de mueble diferentes, garantizando así una coherencia decorativa en el espacio.
Colores
Producido en diferentes tamaños y colores, Tíscar confía que su diseño tenga una buena acogida en el extranjero. Bürosit, la empresa que lo fábrica, exporta a un gran número de países, lo que es ya una garantía. “Parantez tiene vocación internacional -comenta Tíscar-. Confío que su estética sea aceptada fácilmente en distintos mercados, ya que creo que a la gente, independientemente del país donde viva, le gusta comprender de manera clara la forma cómo está construido un objeto. Y Parantez es un objeto de este tipo”.
NOTA: Sofá Parantez, de Carlos Tíscar. Un paréntesis para el descanso, es un artículo escrito por Conchi Roque publicado en el número 72 de Experimenta. Puedes conseguir este número y muchos más en nuestra tienda online.