La tecnología de la electroluminiscencia se une a un diseño sencillo y esencial en SOL, un prototipo de lámpara creado por Ahhaproject. El estudio, basado en Seúl y Munich y liderado por Jinwoo Han, presenta una fuente lumínica consistente en una superficie electroluminiscente que se desliza entre dos guías con el fin de regular la cantidad y dirección de la luz.
SOL, Ahhaproject, 2011.
Las películas electroluminiscentes, desarrolladas por primera vez a mediados del siglo pasado en el ámbito militar, fundamentan su funcionamiento en un sandwich extrafino compuesto por dos capas de electrodos y una de fósforo. Cuando la electricidad circula por los electrodos, el fósforo es activado y se produce una reacción lumínica de baja intensidad. Los películas electroluminiscente son flexibles, ligeras, resistentes y de bajo consumo energético al no desprender calor. Su única desventaja: el alto coste de producción.
Con la intención de dar el máximo protagonismo a la luz, SOL se resuelve en un soporte metálico vertical y dos guías horizontales que permiten el desplazamiento de una película electroluminiscente de 1,5 mm de espesor. De esta manera, la superficie luminosa puede estirarse y ondularse en función de la dirección y de la cantidad de luz deseada.
El consumo energético de SOL se reduce a 6,5 vatios por metro cuadrado de película, mientras que su vida útil alcanza hasta las 50.000 horas. La lámpara dispone de un mecanismo remoto que permite regular la intensidad de la luz.