«Porque el buen diseño no solo debe verse bien, sino sentirse bien. Y eso empieza por los detalles».
Los exdiseñadores gráficos galos, Émeline Marlière y Geoffrey Despierres, socios fundadores de StudioBom, son los máximos responsables de una refrescante colección de mobiliario donde una inesperada materialidad y un buen gusto por la simetría y el color, han dado como resultado piezas ciertamente notables.
Desde su estudio en el corazón de Lisboa y muy probablemente influenciados por el paisaje arquitectónico local, Marlière y Despierres, dieron con una formula infalible para convertir en oro casi todo: el revestimiento de azulejos. Efectivamente, en una suerte de encaje de bolillos, mesas, asientos, baldas,… son laminados con pequeños azulejos cerámicos siguiendo patrones más propios de la gráfica que del diseño de mobiliario.
«Como exdiseñadores gráficos, tenemos una sensibilidad especial para esos pequeños detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana… Trabajamos con el corazón, explorando combinaciones de tonalidades y patrones que despierten emociones. Nuestra misión es crear muebles únicos que transformen tu hogar en un refugio lleno de personalidad y calidez. Pero no solo nos importa el diseño: nos obsesionamos con los materiales de alta calidad y los procesos de fabricación. Cada pieza que creamos está hecha a mano en Lisboa, con dedicación y mucho amor», comenta Marlière y agrega: «trabajamos estrechamente con diversos artesanos portugueses, asociándose a su saber hacer e infundiéndoles una visión de modernidad. Cada creación está pensada, es hecha a medida y personalizada».
Con seguridad el aspecto más asombroso de la propuesta de StudioBom es su simplicidad. Todo fluye, todo cuaja, todo funciona… y todo lo hace de la honestidad creativa y una excelsa ejecución.
«Los colectivos arquitectónicos italianos de los años 60, como Superstudio o el movimiento Memphis, han influido en nuestro trabajo. Con nosotros el color toma el protagonismo,… siempre una paleta variada que permite combinaciones infinitas de tonos y estampados. Las líneas limpias, la geometría y los volúmenes —austeros y refinados— se han convertido en el sello distintivo de StudioBom», asegura Despierres.

















