El empoderamiento de mujeres artesanas a través de la creación de un calzado hecho con caucho natural del Amazonas y el descarte del fruto de açaí
La de Stephanie Liporacci, creadora de la etiqueta de calzado sustentable Boo Paris, es una historia de sanación a través del diseño. La de muchas mujeres/artesanas brasileñas, pero como siempre ocurre, primero, la de ella misma.
“Mi historia con los proyectos sociales comenzó en París, donde pasé por un proceso doloroso de abuso y luego negligencia por parte del gobierno francés. En esa época, con una pequeña hija en brazos, era perseguida por mi exmarido. Después de recurrir a los medios de comunicación y a grupos de protección a la mujer, conseguí la ayuda que necesitaba a través de un grupo de mujeres brasileñas. Logré regresar a mi país de origen y aquí, como forma de sanación, decidí capacitar a otras mujeres en situaciones de vulnerabilidad con lo que yo sabía hacer que era el diseño desde la creación de una línea de calzado” adelanta quien hoy se define como una activista empresarial.
Lo primero fue enseñarles a apuntalar a las que sabían las técnicas textiles como crochet y renda renascensa, un tipo de bordado tradicional brasileño. “ El sueño se expandió y creé más de 15 grupos alrededor de Brasil en áreas muy castigadas por la pobreza. Basándonos en una fórmula donde la mujer artesana puede trabajar desde casa y recibir un ingreso justo”, señala.
Pero había algo que le faltaba. “Necesitaba que el proyecto fuera sustentable también desde lo ambiental. Así descubrí a un científico y una cooperativa en la Amazonía que crearon la primera goma (caucho, látex) orgánica totalmente artesanal y sin ningún compuesto artificial”.
Un biomaterial que suma además el descarte de un fruto estrella en Brasil y que empieza a conocerse en el mundo, el açaí, delicioso y superpoderoso ya que contiene numerosas vitaminas que sumado a la planta nativa seringueira generan las originales suelas de este proyecto que dio sus primeros pasos en pandemia y espera seguir abriendo caminos.