João Teixeira, Sébastien Khoury Rosas, Tanıl Çokşenim, Marta Ferre y Henning Marxen
Si hay un comodín en el universo del mobiliario, esos son los taburetes. Por su arquitectura simple pueden llegar asumir diversas funciones y aportar soluciones legítimas en casi cualquier tipo de espacios. Los hay grandes, pequeños, robustos, ligeros, de madera, de plástico,… de todo y para todos. En este artículo os traemos cinco proyectos que destacan por su enfoque, fondo conceptual y sublime ejecución. Tomad asiento y disfrutad.
Knot, de João Teixeira
En primer lugar tenemos a Knot, una exquisita pieza producida en madera solida en la que el diseñador luso João Teixeira explora las posibilidades del moldeado por vapor. De un espectacular sobre circular torneado a mano —tapizado por la parte superior— se desprenden orgánicamente tres patas con una pronunciada curva hacia el exterior; estas culminan en un tope semiesférico en el mismo material. El resultado es un volumen impecable, apto para cualquier tipo de espacios y ratio de uso. Perfección.
Arc Stool, de Sébastien Khoury Rosas
Fresco, desenfadado, la propuesta del creador colombiano Sébastien Khoury Rosas está inspirada en el Arco de Triunfo de París. Bautizado simplemente como Arc, se trata de un taburete simple, robusto y compacto pensado para espacios destinados a los más pequeños. ¿Las claves? Dos: la mezcla de materiales, texturas y colores; y su encantador compartimento de almacenaje ubicado bajo el sobre.
Iro, de Tanıl Çokşenim
Iro es una colección de taburetes de diferentes alturas y tapizados obra del diseñador turco Tanıl Çokşenim. Con varillas de acero, cilíndricos y una fisonomía claramente tubular, Çokşenim ha conseguido una serie diferencial. Aunque las versiones desnudas —sin sobre encordado—, se antojan incómodas a largo plazo, su creador asegura que el confort no se negocia.
Node, de Marta Ferre
En Node, la diseñadora barcelonesa Marta Ferre arriesga y gana. Inspirada en la arquitectura más rústica con bambú, Ferre ha compuesto una pieza sumamente atractiva cuya seña de identidad es su simpleza. Diez tubos de acero y dos tramos de cuerda de nailon han sido suficientes para componer un volumen contundente, desde lo formal y lo conceptual. «La combinación de técnicas fue clave para reflejar los pensamientos e ideas detrás del producto, la visión creativa y el trasfondo de donde nace la idea, también la importancia del objeto artesanal», comenta su creadora.
Stecki, de Henning Marxen
Para cerrar llega Stecki, del diseñador germano Henning Marxen. 12 piezas de madera contrachapada, nada más, nada menos. Sin bisagras, clavos, tornillos o pernos, Stecki no solo se monta y desmonta sin necesidad de anclajes metálicos o herramientas, su estructura se fortalece, gracias a su ingenioso diseño, con el propio peso del usuario. Aunque el sobre en forma de rejilla no inspira confianza en términos de comodidad, sus puntos fuertes nos hacen pasar por alto este pequeño-gran detalle.