Una llamada a forzar los límites de lo establecido
Camille Viallet y Théo Leclercq es probablemente una de las duplas creativas mas interesantes de la escena gala y lo demuestran una vez más con The Gardener’s Chair, una disruptora silla de comedor en la que se incorpora de forma brillante un material completamente ajeno a esta tipología de piezas como es la manguera común de jardín.
Creada con motivo de Slanted/Enchanted, una muestra colectiva en la que se celebraba la experimentación y los métodos de producción improvisados, The Gardener’s Chair solo se entiende como un ejercicio creativo, una llamada a forzar los límites de lo establecido,… y lo consiguieron. «Esta pieza ilustra también nuestro interés por los objetos reparados, éstos existen modestamente fuera del mundo y de la historia del diseño, son piezas que suelen desvelar trucos y estéticas tan sorprendentes como singulares», comenta Viallet.
En esencia, The Gardener’s Chair está compuesta de dos secciones principales: la posterior, patas y asiento, fabricada en madera sólida de fresno; y la anterior, respaldo, reposasabrazos y patas, conseguida con un solo tramo de manguera (aunque las patas han sido reforzada con varillas de acero para aportar estabilidad al conjunto). «La flexibilidad de este material nos permitió modelar con cierta libertad y prever un eficaz ensamblaje. Y, aunque en tensión alrededor de la estructura de madera, el respaldo y los reposabrazos son ligeramente flexibles, permitiendo un cierto apoyo del cuerpo», comenta Leclercq.