El alma de los objetos domésticos de las pinturas de Giorgio Morandi revive en las formas de Le Morandine, una colección de velas diseñada por Sonia Pedrazzini. Inmóviles y silenciosos, los objetos inmortalizados por el famoso artista italiano se revelan ahora en forma de velas, como protagonistas de un nuevo proyecto: el de ser reordenados y descifrados en nuestra propia casa para comprender el sentido de las cosas más allá de su uso meramente instrumental.
Le Morandine, diseño y fotografía de Sonia Pedrazzini, 1999-2011.
La intención de este proyecto –en palabras de su autora– “es la de acercar a las personas al hacer morandiano, a la experiencia de profunda interacción que el artista mantenía con los objetos cotidianos que pintaba, una relación totalmente centrada en los conceptos de movimiento imperceptible, dilatación temporal y luminosidad interior. Le Morandine, de aspecto opaco y yesoso, encarnan la luz cerosa de los cuadros de Morandi”.
Disponibles en grupos de cuatro piezas, con las formas y las tonalidades cálidas y frías recurrentes en las obras del artista, Le Morandine se prestan a una continua interacción con el usuario en una suerte de ikebana con velas donde el sentido de la disposición y la sensibilidad de cada cual permiten indagar y reconstruir el proceso de las innumerables composiciones de las naturalezas muertas de Giorgio Morandi.
Le Morandine son “obra de diseño conceptual –reflexiona el filósofo Marco Senaldi– juego, pasatiempo, dispositivo pedagógico, creación artística, complemento de interiores, diseño para la mente”. Y sin embargo, un proyecto “demasiado intelectual” en opinión de la empresa que desechó la propuesta tras comisionar el encargo a Sonia Pedrazzini en 1999. Una definición crítica que nunca ha convencido a su autora quien finalmente recupera este trabajo tras diez años de permanencia en un cajón y decide autoproducirlo, consciente de sus potencialidades comunicativas y comerciales.
Le Morandine están realizadas de manera artesanal con un procedimiento de coladura y acabadas manualmente con una textura superficial en tela que le confiere el efecto luz opaca típico de las obras de Morandi. Se comercializan con un envase especialmente diseñado por Sonia Pedrazzini y acompañadas de un papel de Morandi, es decir, un patrón que reproduce de forma estilizada los trazos circulares que marcaban el posicionamiento de las botellas en el plano.
Le Morandine, Sonia Pedrazzini, 1999-2011. Fotografía de Matteo Imbriani.