Silencio, aquel místico club nocturno de la película Mulholland Drive, una de las grandes obras del director David Lynch, abrirá sus puertas al público el próximo 6 de octubre en la capital francesa. Este nuevo espacio privado albergará salas de cine, exposiciones, conciertos, librería y pista de baile.
Silencio se encuentra en el corazón de París, en la 142 rue de Montmartre, un lugar histórico que albergó importantes periódicos izquierdistas como L’Aurore, famoso por publicar la carta J’Acusse de Émile Zola. Los dueños del local, Arnaud Frisch, Manu Barron y Anthony Caton, invitaron al cineasta a que diseñara un club que ofreciera experiencias únicas. De esta colaboración ha nacido el Club Silencio, un espacio que pretende representar el legado de los círculos literarios parisinos del siglo XVII, del Cabaret Voltarie de los dadaístas de Zurich e incluso del Studio 54 de Nueva York. El Club Silencio ofrecerá estrenos de películas, exposiciones de arte, espectáculos y todas las actividades del programa desarrollado por el mismo Lynch.
Bar del Club Silencio, David Lynch, 2011. Fotografía de Alexandre Guirkinger.
El club ha sido construido en un espacio de 2.100 metros cuadrados y formado por una serie de habitaciones íntimas, cada una dedicada a un propósito diferente y con una atmósfera particular. El centro del club es el bar desde el cual se accede a las demás habitaciones: un escenario con pista de baile, una librería de arte, un salón de descanso, una sala para fumadores con ambiente forestal y una sala de cine de 24 butacas.
Lavabos del Club Silencio, David Lynch, 2011. Fotografía de Alexandre Guirkinger.
Los techos en forma de bóveda, recubiertos con bloques de madera dorada, están presentes en cada rincón del local gracias a la instalación de los Ateliers Gohard. Cada habitación evoca el estilo visual de Lynch a través de una combinación de arquitectura, mobiliario, texturas e iluminación. El trabajo ideado por el cineasta americano ha sido desarrollado por el diseñador Raphael Navot, la agencia de arquitectura Enia y el diseñador de iluminación Thierry Dreyfus.
Bar del Club Silencio, David Lynch, 2011. Fotografía de Alexandre Guirkinger.
David Lynch ha colaborado incluso en el diseño del mobiliario del local, con butacas y sillas como Wire, una colección de sofás cuya base, formada por una particular estructura metálica, contrasta con la sencillez del asiento. La silla Wire, producida por Domeau & Peres, decora el lounge de entrada y la librería de arte.
Silla Wire, Sabine Pigalle, 2011.
La sala de cine cuenta con las butacas Cinema, manufacturadas por Quinette. Son el resultado de un estudio desarrollado para proponer una experiencia atípica del visionado de películas. Las butacas han sido diseñadas con una ligera inclinación del respaldo para la comodidad del espectador. Además, proporcionan un amplio espacio para cada persona, un cojín para reposar los pies y una mesa lateral con cenicero y lámpara.
Butacas Cinema del Club Silencio, 2011.