Antiguo deposito de tranvías al Oeste de Amsterdam
De Hallen, un antiguo deposito de tranvías situado al oeste de Amsterdam, es el original emplazamiento que Studio Modijefsky ha elegido para alojar Kanarie Club, diseñado para funcionar como lugar de trabajo, restaurante y bar. Un espacio vital, colorido y luminoso, con el que el estudio holandés, fundado en 2009 por Esther Stam, homenajea al que es uno de los medios de transporte más popular en su país: el tranvía. Con la historia del edificio como protagonista, la intervención se ha desarrollado a partir de continuos guiños y referencias al pasado. Los antiguos talleres de electricidad, pintura, madera y metal, que albergan ahora nuevas actividades, dividen el nuevo espacio en distintas zonas, y sirven de inspiración para la paleta de colores y materiales. Los carriles originales que conducían los tranvías al taller de reparación han sido conservados como elementos fundamentales del diseño. En su encuentro con la barra, situada en el centro del espacio y elevada sobre una plataforma de madera, uno de ellos trepa para convertirse en un arco con luces integradas que la enmarca, resaltando su presencia desde cualquier punto del club.
Amarillo canario y un toque lúdico
Para la señalética del restaurante se han utilizado elementos propios del lenguaje del tranvía, y el estilo vintage de los muebles hechos a medida recuerdan los antiguos vagones. Apoyados sobre ruedas, algunos asientos parecen poder desplazarse por los railes, y junto a las cortinas industriales de colores aportan un toque lúdico y dinámico al diseño. Para dividir y romper el espacio se han creado varias plataformas que facilitan la fijación del mobiliario al suelo, con lámparas de distintos tipos y alturas colgadas sobre ellas, y luminarias en carriles cuyo trazado reproduce la huella de los antiguos railes bajo ellos. El color amarillo canario que le da nombre y caracteriza el espacio se combina las pinceladas verdes de las grandes cajas de plantas que invaden el espacio. Lugar de trabajo durante el día, dispone además de puntos de carga con taquillas para guardar las pertenencias personales, así como de una gran mesa comunitaria con puertos USB incorporados.
Pool Bar, azulejos azules y barandilla
Una nueva escalera conduce a la entreplanta, que situada sobre la cocina aloja un Pool Bar, más oscuro y con un diseño completamente distinto al resto del club. La piscina, que en este caso está vacía, se inspira en los okupas ilegales que solían vivir en el antiguo depósito de tranvías de la capital antes de su renovación, y que utilizaron el agua que escapaba del techo para crear una piscina interior. Con cojines redondos cómodos y un toque de azul en su diseño, es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de un cóctel, entre detalles propios de una piscina, como las normas representadas gráficamente, los azulejos azules o la típica barandilla.