726 m² de buen interiorismo
El sótano de una mansión, herencia de la Rusia imperial, en pleno centro de la capital ucraniana, ha sido el lienzo ideal para que Yod, el estudio de diseño y arquitectura fundado por Volodymyr Nepyivoda en 2004, diera vida y personalidad a Samna, un espacio gastronómico completamente arrollador dedicado a la cocina de Oriente Medio.
Con una paleta de colores escueta, donde el ocre característico del acero autopatinable marca la pauta, el equipo creativo a cargo del proyecto dirigido por Dmytro Bonesko, fue definiendo uno a uno las cinco estancias principales que conforman un establecimiento de 726 m². Impresionante.
Respetando las imponentes arcadas, a veces desnudas, otras cementadas, los contrastes se lograron con una selección impecable del mobiliario y una trabajo de iluminación a la altura. «Los edificios antiguos hablan por sí solos. Exigen respeto y moderación por parte de los diseñadores», comenta Nepiyvoda.
Uno de los detalles de este espectacular restaurante es sin lugar a dudas la pasarela elevada que atraviesa la bóveda principal de lado a lado. Descaradamente industrial, las planchas de acero crudas que la forman están atemperadas por un delicado tratamiento lumínico. Impecable. «Hay mucho cobre en el interior del restaurante. Enfatiza la nobleza del lugar y funciona como contraste de las formas lacónicas del bar», apunta Bonesko.