Una cabellera abundante ha sido considerada tradicionalmente como un rasgo de belleza; sin embargo, este mismo cabello adquiere tintes desagradables cuando lo encontramos desprendido de la cabeza, como por ejemplo en el plato de la ducha. Kerry Howley, estudiante del grado de joyería de la Universidad de Middlesex en Londres, materializa esta ambivalencia en Attraction/Adversion, un collar hecho enteramente de mechones de pelo humano.
Attraction/Adversion, Kerry Howley, 2011.
El trabajo de Howley, concebido como proyecto final de carrera y galardonado con el Premio del Museum of Domestic Architecture's Arthur Silver, busca la inspiración en la atracción universal hacia lo truculento de las ferias circenses: ”Estaba fascinado por la idea de que pudiéramos ser tan morbosamente curiosos como para quedarnos mirando fijamente algo grotesco desde una distancia segura o separados por unas barras o una cortina de terciopelo”.
Howley sitúa la joyería del XIX de su Londres natal como punto de partida: tras la muerte del Príncipe Alberto en 1861, la Reina Victoria guardó un luto que duró tres años y que impuso en la corte un gusto estético hacia lo enfermizo y lastimero.
“Mi trabajo es una exploración material sobre cómo podemos sentir dos reacciones opuestas simultáneas tales como la atracción y la adversión”. En Adversion/Attraction, el cabello explota esta dualidad: el pelo suelto, signo de animadversión, es trenzado en un collar mediante unas hojas de sierra. Los patrones vegetales que conforma el collar aportan simetría y equilibro, y consecuentemente, un cierto atractivo estético.