Las pantallas del futuro podrían estar en el cielo. El centro de investigación austriaco Ars Electronica Futurelab ha creado Spaxel, un enjambre de drones equipados con leds que a modo de píxeles iluminan el firmamento dibujando una imagen rasterizada. Este proyecto experimental anticipa futuros modos de interacción del hombre con la realidad física, configurando un entorno donde lo natural y lo digital se confunden en una misma interfaz.
Spaxel en la Mercedes-Benz Future Talk, Ars Electronica Futurelab, 2014.
Spaxel nace bajo la protección del Ars Electronica Futurelab, un centro de investigación transdisciplinar donde confluyen el arte, la tecnología y la sociedad. Este laboratorio surge en 1996 como prolongación del festival homónimo que se celebra todos los años en Austria. En su cuartel general de Linz se reúnen artistas, diseñadores, arquitectos e ingenieros que investigan sobre nuevas tecnologías llamadas a ejercer una influencia determinante en el futuro.
En este magma de ideas surge la idea de spaxel. Horst Hörtner, miembro fundador de Ars Electronica Futurelab, describe el término como una evolución del viejo píxel: "Un spaxel es la mezcla de espacio y píxel. Toma la noción de píxel y lo libera de sus confines bidimensionales para llevarlo al espacio tridimensional", explica el austriaco. El objetivo no es otro que crear un nuevo paradigma visual donde los gráficos virtuales se superpongan al espacio real.
Esta idea se traduce en un enjambre de drones cuadricópteros en cuya base se sitúa un led gigante. Estos robots voladores se organizan en el aire para dibujar cualquier elemento, desde patrones abstractos hasta objetos reales o incluso palabras. "La coordinación de los puntos de luz hace posible crear una imagen estática o en movimiento. Cada cuadricóptero es considerdo como un spaxel individual que forma parte de un grupo coreografiado", aclara el laboratorio.
Tres son las magnitudes que determinan las propiedades del spaxel: color, posición y vector de trayectoria. Esta propiedades son gestionadas mediante tecnología GPS a partir de un software y una unidad de de control situada en tierra. Sin embargo, se espera que en un futuro los drones puedan comportarse autónomamente, actuando como una colmena que no necesite el control de una unidad central. Del mismo modo que en Termes, el proyecto de termitas arquitectas capitaneado por la Universidad de Hardvard, la inteligencia colectiva supondría una solución eficaz para evitar la supervisión constante y la microgestión de cada dron.
Spaxel debutó en 2012 con una proyección diseñada con ocasión del Linzer Klangwolke, un festival musical celebrado todos los años en Linz. En su estreno se movilizaron 49 drones que conformaron una constelación de estrellas en movimiento. Desde entonces, los drones han sido utilizados en multitud de eventos por todo el mundo, casi todos de índole artística. Sin embargo, existe todo un universo de posibilidades futuras: visualizaciones arquitectónicas, shows de videomapping, guías de orientación para peatones y guías turísticas o sistemas de señalización para casos de emergencia, entre otros muchos. El cielo es el único límite.